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¿El cine va a desaparecer? Guillermo del Toro guarda unos segundos de silencio, al otro lado de la línea telefónica, antes de responder afirmativamente. “Ya desapareció como lo conocimos”, exclama el director nominado al Oscar por El laberinto del fauno.

“Es decir: la oferta cinematográfica en todos los países tenía o estuvo compuesta hace un par de décadas por cine independiente y películas de gran producción, ahora todas las plataformas para películas de tamaño mediano prácticamente han desaparecido de salas, se han ido a las plataformas”, expone el tapatío.

Para una de ella, Netflix, es que ahora el creador de El espinazo del diablo, acaba de escribir, producir y dirigir la serie animada Trollhunters, que tenía lista desde hace una década en papel y cuyo estreno es hoy.

En aquella ocasión no se concretó y pasó a libro, después se comenzó a mover hacia el cine y finalmente, acabó terminando en lo que inició.

Aborda la vida de un adolescente quien un día encuentra un medallón que le permite sumergirse en el mundo de esos seres míticos, que durante siglos han luchado por el bien y el mal, ahora amenazando a la Tierra.

“Hasta yo aparezco como un dentista mexicano, claro, no se parece a mí (físicamente), pero sí es mi voz y además es un luchador de lucha libre”, abunda Del Toro.

Desde que se dio a conocer, muchos notan semejanza con elementos conocidos, pero no le molesta.

El héroe tiene una armadura como la de Excálibur, pero se pega al cuerpo como en el ánime japonés, y en algún momento la espada se clava en una piedra, al igual que el mito del Rey Arturo.

Hay duendes, pero el creador consultó el libro publicado en 1880 Brittish goblins, de su propia colección, para darle un cariz especial.

“Creo es importantísimo cuáles son los tipos o notas que se tienen que tocar para que un género sea reconocible, en el sentido musical la cumbia es una conjunción de clichés musicales, la salsa lo mismo, entonces lo que la gente llama clichés son pistas estilísticas que definen a un género en música o cine, pero la cosa que sea que hagas debe tener originalidad y la mente mexicana ayuda”, considera.

A diferencia de sus trabajos cinematográficos como Hellboy, donde reclutó para el doblaje a gente como Eugenio Derbez y Jesús Ochoa, Netflix y sus especialistas fueron los responsables de elegir las mejores voces.

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