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cesar.huerta@eluniversal.com.mx
En 1952, previo al estreno en Uruguay de la película sueca erótico-sexual Un verano con Mónica, de Ingmar Bergamn, generó la circulación de un volante amenazador.
“La pornografía en el cine y su propaganda destruye la moral pública, merecen el repudio”, podía leerse en el texto.
Eran tiempos en que, de ese país europeo, se exportaba lo más atrevido en cine, con desnudos femeninos y escenas eróticas.
Aunque ahora, considera Jan Holmberg, presidente de la Fuindación Ingmar Bergman, no sería suficiente para atraer público.
“Ahora en el cine sueco el sexo y el erotismo, como tal, no se toca; se hace mucho sobre temas interesantes, pero tal vez podría venderse más en el mundo con una escena de baño al desnudo en cada película, aunque quizá se necesitaría algo más ahora”, bromea.
El estudioso ofrecerá hoy, en Cineteca Nacional, una conferencia en la materia como arranque de actividades del ciclo Sexo, erotismo y censura en el cine sueco. 1950-1970.
La muestra estará conformada por 12 largometrajes entre ellos Un solo verano de felicidad (1951), basada en la novela homónima de Per Olof Ekström.
También está El maniquí (1962), donde un hombre establece una relación sexual con uno de estos muñecos; El silencio (1963) estrenada en su propio pais con escenas cortadas y Juegos nocturnos (1966) con un hombre impotente.
El ciclo terminará actividades el día 23.