“Es verdad que nos han vetado en Monterrey pero que ¡viva México!”, es como el director y creador de El Circo de los Horrores, Suso Silva, despidió al público que se dio cita la noche de ayer en el Teatro Molière en el estreno de Manicomio, el segundo espectáculo de esta compañía española en llegar a nuestro país, y que logró ponerlo de pie al final de la presentación.

Manicomio es la segunda parte de una trilogía que inició hace 10 años en España, gracias a la imaginación y gusto por el cine de terror de su creador Suso Silva, quien en esta ocasión trasladó su escenario de un cementerio a un hospital psiquiátrico, donde reposan los seres más dementes y divertidos del planeta, según el propio artista.

"El Circo de los Horrores" se vuelve un "Manicomio"
"El Circo de los Horrores" se vuelve un "Manicomio"

El lobby del Teatro Molière se transformó en una tenebrosa sala de espera, donde enfermeras con el rostro cruzado por agujas, psicopatas con motosierras y uno que otro loco agresivo suelto, dan la bienvenida a los visitates, esa noche se pudo ver entre ellos a Jay de la Cueva, Roberto Sosa, Aldo Guerra y Odiseo Bichir.

Ya en la sala, transformada en una área de visita, enfermeras llevan a los espectadores a su lugar asignado antes de que se escuche la tercera llamada. En la parte alta de la entrada principal se lee la leyenda “No están todos los que son, ni son todos los que están”, es entonces cuando aparece el anfitrión del show, sentado en una silla eléctrica y acompañado de dos guardias, que llevan una especie de jaulas en la cabeza como protección, se trata de Nosferatu, el rey del lugar y el más chiflado de todos, que da la bienvenida a los asistentes.

Después de esto el demente recorrido por el lugar inicia. Una chica sonámbula camina por las alturas del teatro, haciendo malabares y preguntándose porqué la gente está colgada del techo, un baterista deja las batacas a un lado para hacer percusiones con pelotas de ping pong, un paciente que se hace pasar por medico demuestra que es un excelente artista de los diábolos, una robusta enfermera que hace sonreír al público con su negro sarcasmo, un grupo de fugitivos peligrosos realizan una sorprendente rutina en las barras, entre otras bellezas que hay en el lugar.

El público disfrutó tanto los sustos como las locuras de los personajes que ahí habitan, incluso formaron parte del espectáculo al interactuar con ellos, pero sobre todo reconocieron que también ellos tienen un poco de locura, “como dijo Miguel de Cervantes, de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco”, fue el resumen que hizo Nosferatu de lo vivido en ese lugar.

“Sois un público co…, es un placer para todos nosotros estar aquí otra vez, segundo año en la Ciudad de México, nos sentimos como en casa, gracias por todo”, fueron las palabras que Suso dedicó al público, ya fuera del personaje de Nosferatu, en agradecimiento por su respuesta al show y su aplauso. Manicomio permanecerá en el Teatro Molière octubre y noviembre, para después trasladarse a Guadalajara.

rad

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