Russell Crowe asegura que sus años de experiencia como actor le dan un estatus en el que puede elegir en qué proyecto trabajar. Pero afirma que a la hora de financiar su primer filme como director, las cosas fueron distintas.

Por ello, para su debut tras la lente el realizador (nacido en Nueva Zelanda pero nacionalizado australiano) tuvo que recurrir a los financiamientos que ofrece Australia y a su propia cartera.

A pesar de ser un actor ampliamente conocido, en entrevista con EL UNIVERSAL Crowe confiesa que a la hora de pedir fondos a Hollywood se topó con que aquellos grandes estudios que lo llaman constantemente para protagonizar decenas de largometrajes no le a su debut como director, el filme Water Diviner.

“La cuestión es que es una producción australiana independiente, no es una producción de Hollywood. No fue financiada por un estudio, tenemos a varias personas con nosotros. Hablé con varias personas en Los Ángeles que la vieron y que pensaban que el presupuesto había sido enorme pero no lo fue. Esta es una pequeña producción australiana independiente”, dice Russell Crowe.

Para el histrión de 46 años no contar con apoyo de los grandes de la industria no lo desalentó; por el contrario, hizo que una “llama” en él se avivará, algo que reconoció es difícil que suceda cuando se lleva tanto tiempo en el mundo del entretenimiento.

“A veces los actores nos volvemos cómodos, escogemos los mismos papeles y las mismas historias. Por eso cuando recibí las negativas a mi intento de dirigir supe que iba en el camino correcto. En mi carrera nunca han sido fácil las cosas; los primeros papeles que obtuve me costaron mucho y de eso se trata, de luchar”, explicó.

Época

Por toda esa experiencia es que para su primer filme, que estrena en México el próximo 22 de mayo, Crowe una historia en la que se muestra la lucha de un padre por recuperar los cuerpos de sus hijos presuntamente muertos al finalizar la Primera Guerra Mundial.

“Estoy emocionado, he estado en este negocio por mucho tiempo y eso me da un poco de conocimiento y experiencia. No es un paso tan grande, se siente natural. Se trata de comunicar lo que necesitas”, argumentó.

El actor da vida al protagonista, un granjero australiano que se lanza a dicha búsqueda para encontrar redención y cumplir el último deseo de su esposa, quien se suicidó tras la desparición de los hijos.

“Leí el guión y sentí una conexión profunda e increíble, eso es algo que siempre busco como actor. Sentí la responsabilidad de esta historia en particular. Podía imaginarla, no fue algo que buscara, sólo sucedió”, explicó.

Añadió que esta historia le llegó en el momento indicado, pues de haber sucedido antes no le hubiera interesado porque no tendría conexión alguna.

“Todo cambia cuando te conviertes en padre, cada experiencias que vives las ves a través de cómo afectará a tus hijos. Fue una cosa natural siendo padre de dos, leer el guión y sentirme identificado. Lo más importante de la película no sólo es la guerra, también el hecho de que ambos comparten la pérdida, el dolor y el duelo”.

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