El presidente Andrés Manuel López Obrador, al hacer inmediatamente efectiva la renuncia de Carlos Urzúa como Secretario de Hacienda y Crédito Público, conjuró la posibilidad de que se repitiera la situación de crisis que se detonó con el error de diciembre del gobierno de Zedillo. En ese tiempo, la especulación y fuga de dólares propició una devaluación que golpeó drásticamente la economía del país al pasar el tipo de cambio de 3.44 pesos por dólar en diciembre de 1994 a 7.85 en diciembre de 1995.

Esperar hasta el sábado, como sugería Urzúa, proporcionaba información privilegiada a los que maniobran contra México, para que durante varios días operaran la especulación y salida de divisas. La decisión de nombrar Secretario de Hacienda al Subsecretario Arturo Herrera Gutiérrez generó una mayor confianza que la que presumía Urzúa y la insignificante fluctuación del tipo de cambio (1.5%) recuperó en muy poco tiempo los niveles registrados al inicio del actual gobierno.

Se confirmó que, a pesar de las insidias contra el gobierno, que promueven y explotan mediáticamente los neoliberales, en materia de tipo de cambio, el peso se encuentra sólido y que la confianza de los mercados internacionales y nacionales realmente la tiene Arturo Herrera. El impacto negativo en el tipo de cambio fue tan sólo de 30 centavos, después de hacerse pública la renuncia a las 10:00 a.m., el dólar se cotizaba en $18.90 y, para las 12:00 a.m., alcanzó los $19.20. En los siguientes días las variaciones fueron a la baja y el sábado, el día en que Urzúa quería que se hiciera efectiva su salida, el dólar nuevamente se cotizaba en $18.99. (ver Investing.com)

Para potencializar la confianza, mantener un tipo de cambio estable y una inflación reducida; por un lado, es importante reconocer que, en los últimos 15 años, el sostenimiento del tipo de cambio y la reducción de la inflación se deben en gran medida a la entrada diaria de divisas de los migrantes al mercado cambiario. Por otro lado, es imprescindible respaldar a los migrantes y sus familias, no sólo por el valor de las remesas que proporcionan los trabajadores mexicanos migrantes, que seguramente superarán los 33.5 mil millones de dólares que enviaron en 2018, sino también por la posible repatriación de sus ahorros depositados en bancos de EUA. Por todo esto, es importante ofrecerles alternativas para que inviertan sus recursos en proyectos que valoricen sus divisas.

Para tener una idea de lo que pueden representar los ahorros de los migrantes en EUA que podrían fluir hacia México, es necesario considerar que, para abril de 2019, los depósitos de mexicanos reportados por las empresas financieras de los EUA, ascendieron a 80.2 mil millones de dólares (mmd) y no se incrementaron desde octubre de 2018. Al estancarse estos depósitos en bancos de EUA, y aumentar los envíos de remesas en los primeros meses del gobierno de la 4ª Transformación, revelan que buena parte de los migrantes prefieren repatriar sus ahorros a México, y que no existe desconfianza en el país que propicie fuga de capitales, como la que se dio en el primer año del sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando los depósitos aumentaron en 22,948 mmd. En ese sexenio, los depósitos en EUA pasaron de 54,552 mmd a 82,112 mmd de diciembre de 2012 a octubre de 2018.


Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Social y Política. CACEPS.
caceps@gmail.com

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