Una droga 50 veces más potente que la heroína se procesa en diversas partes del país para después ser introducida a Estados Unidos por alguna de las 13 rutas que han sido identificadas. Se trata del fentanilo, sustancia altamente mortal, que los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa llevan a consumidores de la nación vecina. Su traslado por el territorio nacional la convierte también en amenaza para la salud pública de México.

Información que hoy aparece en este diario señala que no hay evidencia que sea un problema creciente en grandes grupos de la población, pero hay “suficientes datos” para pensar que sí está ocurriendo el consumo del fentanilo, especialmente en usuarios de opiáceos, como la heroína. En al menos 13 entidades hay registro de pacientes que han hecho uso del fentanilo.

En Estados Unidos, el consumo de esa droga ha sido de tal magnitud que en 2016 fue responsable de 21 mil muertes. En esa nación el consumo de medicamentos legales con opioides ha generado miles de muertes por lo que se ordenó una severa restricción para la expedición desmedida de recetas, además de que se decretó una “emergencia de salud”. Como resultado, los traficantes de droga inundaron el mercado negro con una versión sintética: el fentanilo.

Un informe de la Agencia de Investigación Criminal menciona que la droga se trafica desde México por medio de empresas de mensajería, autos particulares, autobuses, transporte de carga e incluso vía aérea. En este trayecto, el riesgo de que importantes cantidades de fentanilo se queden aquí es elevado. Si autoridades de seguridad y de salud no adoptan ahora medidas para evitar la expansión de la sustancia, la juventud será la principal afectada. La situación en Estados Unidos debe servir de experiencia.

La mayor demanda de fentanilo se genera en Estados Unidos y en este momento hacia allá se han enfocado los envíos de los cárteles, pero bastará con un endurecimiento de la vigilancia fronteriza para que las ciudades del norte del país, en principio, comiencen a inundarse con esa droga.

En el informe, el problema del fentanilo en México está delimitado: la droga y sus precursores ingresan por los puertos de Manzanillo y de Lázaro Cárdenas, se procesa en narcolaboratorios del centro y occidente, y desde ciudades de estas regiones comienza su ruta hacia Estados Unidos. México está a tiempo de evitar el consumo masivo de una sustancia ampliamente adictiva. Si existe voluntad, no tendría que ser complicado contenerlo.

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