A partir de hoy la Ciudad de México estrena programa de contingencia ambiental. Como consecuencia de los peores días en materia de contaminación que la capital del país vivió la semana pasada, se anunciaron nuevas medidas que buscarán reducir los índices de contaminantes cuando rebasen los niveles críticos.

El plan incluye una fase preventiva con la cual la autoridad empezará a tomar acciones antes de que el problema esté encima. A partir de ahora, en el momento que el Índice Metropolitano de Calidad del Aire alcance 140 puntos de ozono o 135 puntos de partículas PM 2.5 y 10 dejará de circular 50% de los vehículos oficiales tanto del gobierno capitalino, como de alcaldías, municipios e incluso del orden federal. Comenzar a actuar antes de llegar a fase de contingencia debe desarrollar una mejor respuesta; la salud de capitalinos, en especial de grupos vulnerables, no tiene que protegerse cuando el índice de contaminación alcanza los picos más altos. Acciones tempranas pueden evitar mayores males.

En la presentación del programa estuvieron presentes, además de la jefa de gobierno de la CDMX, el gobernador del Estado de México y la secretaria federal de Medio Ambiente. En el desafío de contener los índices de contaminación la capital no puede quedar sola. La mancha urbana y su zona de influencia comprende las 16 alcaldías de la Ciudad y 224 municipios del Edoméx, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Las causas principales de la contingencia más reciente fueron incendios registrados en estados vecinos, por esa razón la coordinación entre las autoridades de esta zona del país no puede dejarse a un lado.

Otro de los puntos novedosos es que a partir de la Fase I de contingencia 20% de los automóviles con calcomanía 00 y 0 también dejarán de circular. Aunque se reconoce que los autos más antiguos son los más contaminantes, se argumentó que en fase de contingencia es necesario disminuir el parque vehicular activo con el fin de mejorar la movilidad. ¿El sistema de transporte público tendrá la capacidad de respuesta ante un aumento en el número de usuarios? Poco se ha dicho de la necesidad de apostar a la eficiencia del transporte público para desincentivar el uso del automóvil. Nada se dijo tampoco de las marchas; la semana pasada, a pesar de la contingencia la Ciudad fue rehén de movilizaciones.

La solución —o al menos la contención— del problema pasa por sumar voluntades. La contaminación es un tema que preocupa a todos. Hay asociaciones ciudadanas interesadas y dispuestas a proponer soluciones, hay que abrirles las puertas. Cuando se escuchan todas las voces hay mayores oportunidades de éxito.

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