Antes de que termine el mes de febrero la ministra Margarita Luna Ramos concluirá sus funciones en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Senado la terna con las candidatas a ocupar la vacante, propuesta que ha sido cuestionada en algunos círculos por considerar que incluye solo a mujeres cercanas al mandatario. De acuerdo con la ley, es facultad exclusiva del Ejecutivo seleccionar a las aspirantes.

La realidad que ha prevalecido en los últimos años es que ha sido una práctica común que los candidatos o candidatas sean figuras ligadas al presidente en turno, pero todas con mérito suficiente para llegar a la Corte. A pesar de lo anterior, desde que se dio la reforma al Poder Judicial, en 1994, la Suprema Corte se ha instalado como un contrapeso real a los otros dos poderes y se ha colocado al lado de las causas que defienden los derechos humanos.

Esta semana EL UNIVERSAL conversó con las tres aspirantes al máximo tribunal del país y todas coinciden en que seguirán la línea de independencia y autonomía que ha caracterizado al Poder Judicial.

Yasmín Esquivel Mossa, actual presidenta del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, señala que entre poderes debe haber diálogo y respeto, comunicación y coordinación, pero nunca sumisión.

Celia Maya, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Querétaro, afirma que en el momento que se designe a la nueva ministra, el Legislativo debe dar mayor peso a la trayectoria que a las filias partidistas. Asegura que ha ejercido la independencia judicial durante 40 años sin que su manera de pensar influya en su tarea de juzgadora.

Loretta Ortiz defendió su origen académico y consideró que la Corte requiere de personajes externos para crear un balance con aquellos que provienen de la carrera judicial. Desde su perspectiva, la independencia y autonomía de la SCJN deben ser piedra angular de la democracia.

Las tres destacan la necesidad de impulsar la presencia femenina en el Poder Judicial debido a que se ha quedado rezagado en comparación con el avance que presentan tanto Ejecutivo como Legislativo, donde prácticamente se ha alcanzado paridad.

La decisión que tomará en los siguientes días el Senado representa una oportunidad para hacer una selección con base únicamente en los méritos de las aspirantes.

Las tres cumplen de sobra con los requisitos para llegar a la Corte. Cualquier sospecha de dependencia que se les pueda adjudicar, no será eliminada únicamente con un discurso basado en la autonomía, serán sus decisiones en el pleno las que hablen. Esa sería la mejor forma de evaluarlas.

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