Hablar del servicio público no es solo hablar de individuos, el servicio público se ejecuta a través de diversas instituciones, las cuales fueron creadas, todas ellas, para servir al pueblo, para brindar algún tipo de servicio y atender las diferentes necesidades de la soberanía, sin importar si tienen que ver con el campo, la educación, la pesca o incluso las fuerzas armadas, todas están y son, para servir a la nación, por lo tanto, servir a cada uno de nosotros como parte de la sociedad.

Para otorgar dicho servicio cada institución o dependencia debe estar integrada como gran equipo de trabajo, por experiencia personal me atrevo a realizar una analogía con un equipo de futbol americano, lo aclaro, seguramente puede aplicar con otros deportes, pero en esta ocasión tomaremos el deporte de las tacleadas para ejemplificar algunos aspectos del trabajo en equipo.

Un equipo de futbol americano está dirigido por un entrenador en jefe (head coach en el lenguaje deportivo), se divide por lo menos en dos grandes unidades, ofensiva y defensiva, algunos incluso en tres si tomamos en cuenta los equipos especiales. Tanto la ofensiva como la defensiva a su vez se dividen en grupos por posiciones, es un deporte que ha alcanzado un gran nivel de especialización y cada posición tiene su propio entrenador. En una dependencia gubernamental al head coach le llaman secretario de estado por poner un ejemplo y está conformada por diferentes direcciones generales las cuales a su vez se dividen en direcciones, subdirecciones y jefaturas de departamento, en términos generales tantas áreas especializadas como hagan falta.

Cuando se trabaja en equipo, cada uno de sus integrantes, en este caso los once jugadores que participan en el campo de juego, tiene una función específica, en la ofensiva, que es cuando el equipo tiene el balón y el objetivo es hacer una anotación, todas las jugadas, absolutamente todas, están diseñadas para conseguir o una anotación o por lo menos conseguir un primero y diez.

Para que lo anterior suceda, los once jugadores deben trabajar con la precisión de un reloj suizo, arrancar todos al mismo tiempo, con fuerza, velocidad y con cierta cadencia que permita el desarrollo exitoso de la jugada; nada debiera impedir que un equipo de trabajo gubernamental se comporte de la misma forma, los manuales de organización de las instituciones definen las funciones específicas de cada integrante; existen cronogramas, atribuciones y responsabilidades para cada quien.

En el futbol americano hay jugadores que por su posición acaparan la atención de los espectadores y de las cámaras, los quarterbacks, los corredores y los receptores, como si fueran los subsecretarios de estado dando, ante los medios de información números y números de beneficiados por alguna política pública o programa social, pero en ninguno de ambos casos, deportivo o político tendrían éxito estos personajes si el resto de sus compañeros de equipo no hiciera lo que te corresponde al momento que debe ser, no puede ser antes ni tampoco después, todo tiene su momento exacto.

Los linieros son, a pesar de su gran tamaño, muchas veces los menos visibles, ellos son los encargados de proteger, bloquear y abrir huecos, sin su trabajo no hay posibilidades de que alguna jugada salga bien; lo mismo que en el servicio público, sin el gran trabajo de los operativos, simplemente no saldrían las cosas.

En ambos casos, el éxito depende en que primero cada integrante del equipo haga lo que le corresponde, ya sea bloquear a un oponente o recibir un escrito, proteger al quarterback o revisar la documentación para algún trámite y después, si y solo si, ya cumplí con mi asignación puedo y debo, tratar de ayudar a mis compañeros y no al contrario.

México somos todos y somos un gran equipo, si cada uno hacemos lo que nos corresponde, tenemos grandes posibilidades de conseguir el éxito, es tiempo de dejar de cambiar de mentalidad, es tiempo de jugar todos juntos para ganar.

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