Tal vez lo conozcas como sombrero Panamá, pero en realidad nació en la región ecuatoriana de Jipijapa, de donde proviene su nombre. También es el gran orgullo y símbolo de Bécal, pueblo de origen maya del estado de Campeche.

El 70% del pueblo se dedica a la elaboración de este accesorio artesanal. El sombrero se tejió aquí por primera vez en 1872. En 1866, el hacendado henequenero Juan García lo descubrió durante un viaje.

Para elaborarlo se utilizan hojas de la planta palma de jipi. Mientras más veces se parta la hoja, es mayor la calidad del tejido. La de “cuarta calidad” es la más fina. El material se deshidrata en un horno de azufre y luego el artesano lo teje dentro de una cueva, porque la humedad favorece la flexibilidad de la palma. Para darle su forma característica, se usan prensas de metal.

Hacer un sombrero puede tomar de una semana a un mes. El precio puede ir de los 350 a los tres mil pesos, en los diseños más elaborados.

En cuanto llegas al pueblo (a una hora de la ciudad de Campeche) encontrarás talleres familiares; el de don Alfredo Uicab es muy conocido.

Para vagar: el Museo de Bécal (www.museodebecal.com) describe la creación de los sombreros y su historia. El pueblo se encuentra a 40 minutos de la Reserva de la Biósfera Los Petenes, que colinda con Celestún; touroperadoras como Campeche Tarpon (campechetarpon.com) organizan paseos en lancha en los manglares.

En la ciudad de Campeche está el restaurante La Pigua (lapigua.com.mx), especializado en mariscos. Para dormir, recomendamos el hotel Casa Don Gustavo (casadongustavo.com), alojado en una construcción del siglo XVIII.

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