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Río de Janeiro.— ¡Gracias Dios!, susurró Germán Sánchez al cielo al recibir su medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Y es que, el clavadista cumplió el sueño de subir al podio en la modalidad individual y sumar su segunda presea en una justa veraniega; la primera en plataforma desde el bronce obtenido por Jesús Mena en Seúl 1988.

El tapatío, quien obtuvo 532.70 unidades tras seis ejecuciones, se colocó apenas un escalón debajo de su ídolo de infancia, el finado Joaquín Capilla, quien logró cuatro preseas.

“Yo lo admiraba mucho e incluso seguí algunos de los consejos que daba en sus pláticas; de él aprendí que nada es imposible, porque aunque nadie esperaba que yo subiera al podio, estoy aquí, entre los mejores”, compartió el ganador del metal argento en plataforma sincronizada en Londres 2012.

El oro se lo llevó el chino Aisen Chen, con 585,30 y el bronce fue para el estadounidense David Boudia, con 525,25.

Para llegar a Río, Germán tuvo que superar una lesión en el hombro que estuvo muy cerca de alejarlo. Incluso su entrenador, Iván Bautista, dudaba de que el “Duva” pudiera participar.

Pero lo hizo. Sánchez superó el dolor físico y fortaleció su cuerpo con sesiones intensivas de terapia y ejercicios en el CODE Jalisco, que en pocos meses lo acercaron a su mejor forma. Nadie como él dedicó tanto tiempo a su preparación; fueron ocho horas diarias sin descanso las que destinó para llegar al cien.

Su recompensa llegó en la piscina del Centro Acuático María Lenk, donde se encontraba su familia y la Selección Mexicana de Clavados. Cubierto por una bandera mexicana, Germán brindó su medalla a todos aquellos que mantuvieron su fe en que podría competir ante los mejores. El ahora doble medallista olímpico recibió la felicitación del presidente Enrique Peña Nieto.

Otro que recibió el pago a cientos de horas de tutela fue Bautista, quien disfrutó el logro de su alumno. “Todo entrenador quisiera tener un clavadista como Germán, porque es un muchacho que siempre cumple con todo lo que se le pide, sin quejarse”, comentó.

Mientras Germán vivía uno de los mejores momentos de su carrera, su compañero Iván, enfrentaba uno de los más complicados. El tapatío no pudo evitar desmoronarse sobre uno de los barandales de la plataforma. “No entiendo qué pasó, para esto trabajé muy duro, las cosas no me salieron. Me alegro por Germán y espero disfrute este logro”, dijo el “Pollo” con rostro desencajado.

A pesar de la plata de Germán, los saltos ornamentales se quedaron cortos en sus aspiraciones olímpicas, pues el ciclo pasado, en Londres, la disciplina consiguió tres medallas.

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