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Cada paso que da, cada palabra que sale de su boca, cada gesto, cada pensamiento, todo en Juan Carlos Osorio es criticado.

Para bien o para mal.

Es el precio que tiene que pagar por estar en la silla más caliente del futbol mexicano; un estratega que ha cumplido en el fondo, prácticamente está calificado al Mundial Rusia 2018 y en semifinales de la Copa Confederaciones, pero en el fondo, el estilo para manejar al conjunto, sus conceptos, no son vistos con agrado.

Ante este bombardeo, ante esta división de opiniones, Osorio Arbeláez se lo toma con calma. “Ni los veo, ni los oigo”, dice, porque a pesar de todo lo que se hable, de todo lo que se opine, seguirá con su filosofía.

En entrevista con EL UNIVERSAL, deja en claro que no tiene tiempo para leer lo que se dice de él; que prefiere analizar partidos, leer un buen libro o ver el History Channel que ocuparse en cosas que no “puedo controlar”; además “trataremos de competirle y ganarle al campeón del mundo: Alemania”.

—¿Se están cumpliendo sus sueños?

“Siempre he manifestado que la diferencia entre el sueño y el objetivo es que el objetivo tiene un plan. Pero todo inicia con un sentimiento, un sueño, y este era un sueño de reto, de desafío conmigo mismo de llegar a dirigir una selección importante, de élite y tener las posibilidades de competir en torneos internacionales de alta exigencia, un Mundial y ahora en la Copa Confederaciones. Obviamente que el objetivo-sueño, lo vivo, aprendo de él”.

—¿El precio de ese sueño es la crítica hacia su persona?

“No estoy para juzgar a nadie. El futbol es de opiniones. De no ser por la información que me llega de otras personas, yo no sé… No escucho, ni veo, ni leo programas de opinión. Hay muchos partidos, juegos por ver. Hay muchos temas de la parte mental que poco entendemos del cerebro, y del papel que juega el cerebro reptiliano y el sistema límbico en la parte emocional del jugador durante un juego, prefiero ocuparme de eso y aprender en ese aspecto. Si están ahí [las críticas] y no sé… hasta ahí llego”.

—¿Se le pega por qué quieren su puesto, o por qué es extranjero?

“No lo sé. Hay que ocuparse de las cosas que a uno le pueden afectar, y esas no me afectan. Me ocupo de leer, entrenar, de estar físicamente saludable. Ver mucho futbol y entender viendo el futbol que lo que nos acontece a nosotros con los equipos le pasa a todos”.

—¿Ve por el futuro del futbol mexicano?

“De su presente y de su futuro. Por eso arriesgamos la chamba al darle oportunidad a jóvenes para consolidarlos. Jesús Corona, el Tecate no viene a Confederaciones y si Hirving [Lozano] contra Canadá en Vancouver no tiene una gran actuación, el juego de hace dos días ante Rusia lo hubiera tomado como choque al sistema emocional y hubiera sido devastador para él. Todos compiten por un puesto y los que tan están afuera [Copa Oro] les compiten a los de acá y para darle esa competencia hay que ponerlos a todos y darles esa oportunidad que sientan que son parte importante de la Selección”.

—¿Llegó a semifinales de la Confederaciones... Ya cumplió?

“No. No he cumplido. Las posibilidades están intactas. Tenemos todo para competir contra el campeón del mundo y hacerlo muy dignamente: Vamos a competirle y ojalá a ganarle”.

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