Desde tres horas del inicio del Clásico Nacional, ahora en su versión de la Copa MX, los revendedores ofrecían las entradas hasta en cuatro veces su valor original.

Los boletos en zona alto en el Estadio Azteca tuvieron un costo de 250 pesos en taquilla, pero en el mercado negro alcanzaban los mil pesos, ante la molestia y desesperación de los aficionados.

Los pases de mayor valor en taquilla de 550 pesos para la zona de especial bajo plus, eran ofertados por los revendedores hasta en mil 500 pesos.

En las taquillas del coloso, los letreros anunciaban que el boletaje estaba agotado. El lleno es prácticamente un hecho, pese a que parte de los tickets están en manos de personajes que se ubican en la explanada del Azteca y se acercan a los aficionados que pretenden ingresar al recinto.

La presencia policiaca fue anecdótica, pues la reventa operó sin problemas incluso a la salida misma del metro Tasqueña.

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