Madrid.— Real Madrid goleó 5-1 al endeble Legia de Varsovia en el Santiago Bernabéu sin derrochar apenas sudor en un partido de Liga de Campeones que se pareció más a un amistoso por el cansino ritmo.

Gareth Bale, Marcelo, Marco Asensio, Lucas Vázquez y Álvaro Morata hicieron los goles blancos, mientras Miroslav Radovic marcó de penalti para los visitantes y exponer la diferencia de calidad entre ambos conjuntos. Suficiente para que el Madrid se mantenga primero del Grupo F junto al Borussia Dortmund, ambos con siete puntos en tres jornadas.

El equipo local temía más al Legia por sus hinchas radicales que por sus jugadores, y no iba desencaminado. Sus seguidores más furiosos protagonizaron incidentes fuera del Bernabéu que se saldaron con siete heridos —dos policías y cinco hinchas— antes del inicio.

El técnico blanco, Zinedine Zidane, estaba tan consciente de la diferencia de nivel entre los dos equipos, por lo que sacó lo más ofensivo que tiene, incluyendo a la “BBC” arriba y a James Rodríguez y Marco Asensio por detrás.

Pero las primeras ocasiones fueron para el Legia, una prueba de la poca intensidad con que el Madrid se tomó el duelo. Jodlowiec obligó a Keylor Navas a sacar con el pie y Odjidja estrelló el balón en el palo.

El conjunto de Zidane entendió el aviso y se adelantó al 16’ con una buena maniobra y disparo de Bale y aumentó la cuenta cuatro minutos después, con un disparo de Marcelo, que tropezó en un defensa antes de entrar en el arco visitante.

Pero volvió la relajación blanca y un minuto después, Radovic desarmó a Danilo en el área y cayó por la desproporcionada acción del lateral brasileño. El penalti lo lanzó Radovic para marcar el gol polaco.

Los blancos no tenían nada que temer ante el que probablemente es el peor equipo del torneo, pero como no se aplicó lo que debía tampoco aprovechó los enormes regalos de la defensa rival, si es que ésta puede recibir tal nombre. Por eso, la hinchada del Real Madrid reprochó a los suyos su actitud en algún momento de la primera parte.

Casi sin querer llegó el tercer gol del Real Madrid, que nació de una sencilla maniobra. A los 36 minutos, Cristiano Ronaldo bajó el balón y lo entregó para que Asensio marcara con un disparo preciso dentro del área. El joven volante marcó en su debut en Liga de Campeones.

La primera parte murió en el campo del Real Madrid, de nuevo entregado a la desidia ante un Legia que pisó el área local muchas más veces de lo imaginado en un principio.

No cambió demasiado el escenario en la segunda parte, con varios jugadores merengues dando sensación de tedio. Definitivamente, no era el tipo de partido que se espera de una Liga de Campeones.

Zidane entendió que su equipo necesitaba enormes dosis de nervio y puso en el campo a Morata y a Vázquez por James y Bale. Si se quedó en el campo un desafortunado Cristiano fue por su jerarquía.

Y precisamente fueron los nuevos quienes protagonizaron el cuarto gol madridista a los 68 minutos. Morata progresó, envió un centro pasado y Lucas Vázquez golpeó sin dejar caer el balón. Ambos enseñaron que en partidos así, no va mal poner algo de sangre.

Tampoco el gol tuvo el efecto agitador que hubiera deseado Zidane, porque el Madrid siguió jugando al trote y sin derramar una gota de sudor extra. Salvo Morata, quien a los 84 minutos se trabajó un desmarque, recibió un pase de Cristiano y marcó con picardía.

Ahí acabó un duelo sin historia, que sólo sirvió para que el Madrid sumara tres puntos fáciles y mejorara su estadística de goles.

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