La primera transmisión de Chivas TV en un partido de Liga fue severamente criticada por fallas en cuanto a la continuidad de la señal, pero la directiva del Guadalajara no sólo trabaja en solucionar eso. También prepara algunas opciones para intentar atraer más suscriptores.

Nos cuentan que, para futuras ocasiones, se tiene planeado un sistema en el que se ofrezcan cuatro alternativas de audio para quienes vean los juegos del Rebaño Sagrado: la primera es la que encabezan los experimentados narradores Adán Vega Barajas y Emilio Fernando Alonso, en la segunda estarán los ganadores del casting nacional hecho por la directiva del club, la tercera será en un tono más distendido (con bromas y toda la cosa), y la cuarta tendrá narradores en inglés. Pensaron en todo.

Reventa en el Fray Nano

La mafia de los revendedores del estadio Fray Nano no tiene límites y ahora ni siquiera necesitan el boleto para poder negociar. En Barra Brava nos enteramos que una de las personas encargadas de la entrada está coludida con el grupo de revendedores que a las afueras del inmueble caza a los aficionados para decirles que los puede meter al estadio pagando menos de 50 pesos por persona, cuando el precio de butaca especial es de 150 pesos y las plateas son de 250 pesos. Luego de que el fanático acepta, lo forma y al llegar a la entrada le hace una pequeña indicación al encargado, quien pone su dedo índice en la máquina que comprueba que los boletos sean auténticos y con ello pueden pasar para sentarse en el lugar vacío que más le convenga.

“Ensucian” retrovisor a Britos

Una de las obligaciones no marcadas entre los futbolistas es atender a la afición, a esas personas que esperan horas y horas para tener un autógrafo, o una fotografía de su jugador favorito.

Parecía que eso lo entendía firmemente el delantero de los Pumas, Matías Britos, quien a la salida del estadio Azul estuvo un rato atendiendo, arriba de su vehículo a la gente que lo reconoció.

Todo iba muy bien y el uruguayo accedía a todo, hasta que en un momento, una persona debido a los empujones que se producían, tuvo la mala suerte de desacomodar un espejo retrovisor del auto del uruguayo, quien se encendió como si hubiera fallado un penalti, subió el vidrio rápidamente y echó a andar velozmente, poniendo en peligro a la gente que salía del estadio.

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