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ramon.trevino@clabsa.com.mx
Antes de llegar a México, Greg Haugen afirmó que Julio César Chávez únicamente había enfrentado a taxistas y boxeadores de bajo perfil.
El 20 de febrero, hace exactamente 24 años, el “César del boxeo” calló a Haugen al propinarle una golpiza al estadounidense a lo largo de cinco asaltos que terminó con nocaut a favor del mexicano, que fue admirado por 132 mil 274 aficionados que colmaron el Estadio Azteca.
El “Coloso de Santa Úrsula” dejó de lado el centro del campo y el balón de futbol, para calzarse un ring y los guantes de boxeo. Las calles y avenidas que flanquean el recinto de Tlalpan, se volvieron mares de personas que fueron arrastradas por el imán que generó el máximo referente que ha dado este país.
Sin embargo, el combate se quedó corto en comparación con el escenario. Chávez derrotó al norteamericano, que los mejores golpes los dio con sus palabras antes de la pelea. Sobre la lona, su figura sirvió a Chávez como costal.
La primera campanada estremeció el estadio. A los 20 segundos, Haugen probó el polvo al visitar la superficie del cuadrilátero. Una combinación de izquierda y derecha, por parte de Chávez, sorprendió al retador de esa noche. Clara señal de la superioridad de JC.
EL UNIVERSAL reporteó que la primera caída del rival se llevó una gran abucheada. Incluso, la fanaticada pidió que bajarán a Haugen del ring. Sí, todos esperaban una victoria contundente del tricolor, pero el pésimo inicio del estadounidense no estaba programado.
Chávez dominó, en todos los sentidos, el combate. El monarca se dio el lujo de bajar el ritmo. Se acercaba para golpear a su retador en retaguardia, pues nada podía hacer.
Llegó el quinto round con un Julio César a medio gas. A los 2:02 del episodio, el campeón tumbó, una vez más a Haugen, y la batalla culminó con la intervención del réferi Joe Cortés.
El cronista Carlos Aguilar, quien estuvo presente aquella noche de 1993, comentó que fue un suceso histórico.
“Veo muy difícil que se pueda repetir. Con lo que representa el Estadio Azteca y Julio César”, afirmó el comentarista a El Gran Diario de México. “No había duda del ídolo del momento. La gente quería ver al campeón”.
Chávez recibió el récord Guinness por mayor asistencia a una pelea de box.
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