Las Vegas .— Tampoco lo pudo lograr Manny Pacquiao (57-6-2, 38 KO). Fue la víctima 48 en la impoluta carrera de Floyd Mayweather Jr. (48-0, 26 KO). El filipino lo tuvo cerca. Con sus puños complicó el accionar del estadounidense, pero ‘Money’ tomó el control del combate a partir del sexto round y, con ello, consiguió el triunfo.

‘Money’ aseguró que se retirará después de su pelea programada para septiembre, pero su legado será eterno.

Las crónicas de la época lo señalarán como el mejor libra por libra. El pugilista que venció a todos los grandes nombres de los últimos diez años. No hubo nadie capaz de vencerlo. El de Mayweather Jr. es un estilo que no gusta. Nada espectacular y mucho menos combativo. Pero es inteligente. El arte de la defensa y el contragolpe.

Su triunfo se selló con la lectura de las tarjetas a su favor 118-110 y un doble 116-112 , y con ello, se proclamó campeón welter del Consejo (CMB), la Asociación (AMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB). También se apoderó del cinturón especial de esmeraldas del CMB.

Al final del combate Manny fue a su esquina, levantó los puños en señal de victoria, pero los aficionados del MGM Grand Arena lo abuchearon.

Un primer round de estudio. Manny fue conservador, pero dejó claro que atacaría en todo momento. Sólo midió el alcance y la velocidad de Floyd. En tanto que el estadounidense, hizo lo mejor que sabe hacer: esperar y contragolpear. Justo cuando se sintió amenazado, puso la guardia arriba y amarró a su rival para evitar una sorpresa y recibir más daño.

Pacquiao siempre tuvo la iniciativa y la propuesta de ataque. Arriesgó, se metió a la guardia de Mayweather y logró combinaciones variadas para castigar al estadounidense. Sin embargo, también se llevó jabs de contragolpe y un cabezazo. El estadounidense recibió impactos como nunca.

Una sonrisa apareció en el rostro de ‘Pacman’ cuando acabó el tercer round. Pensó que desesperaba a Floyd con su velocidad de puños. El público enloqueció cada vez que el filipino logró hacer blanco en la humanidad de Mayweather, a quien el público le reprochó que buscara amarrar sin empacho los brazos del tagalo, e incluso empujarlo, cuando era agredido.

Para el cuarto episodio, los puños dinamitados de Manny explotaron. Un jab de izquierda al rostro provocó que Mayweather se tambaleara hasta las cuerdas. Ahí, el filipino lo encontró con el uno y dos al abdomen. Un momento que los miles de aficionados disfrutaron por la inédita escena de ver al invicto pugilista en problemas.

Pero para el quinto asalto Floyd respondió. En el centro del ring se encontró con la cabeza de Manny y sus mejores golpes de derecha se manifestaron. Hasta ese momento de la contienda fue la combinación más importante del peleador local.

Mayweather no esperó. Aceptó el reto de plantarse a recibir los ganchos de su rival. Los aguantó con firmeza y después, en muestra de burla, gesticuló que no le dolían.

En el octavo round, ‘Pacman’ lanzó un par de jabs a distancia, con lo que logró conectar a ‘Money’, quien le respondió con un volado que sacudió la cabeza del filipino. Floyd pareció tomar su distancia, ritmo y la zona que más se le acomoda.

Freddie Roach estalló en el noveno. Fue directo con el réferi Kenny Bayless para reclamarle lo que consideró como boxeo sucio por los constantes amarres de Mayweather.

Pacquiao chocó sus guantes al finalizar el décimo round, un poco frustrado por no poder ser más contundente ante Floyd.

Pacquiao cerró la pelea animado por el público, sus puños buscaron el cuerpo de ‘Money’, que, como es su costumbre, sólo se dedicó a correr. El no favorito, no pudo hacer la grande. Mayweather puede presumir un legado inmaculado contra los mejores boxeadores de su época, le guste o no a la mayoría de los aficionados.

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