Los Cubs de Chicago saben cómo divertirse. Ellos ganaron 57 veces este año en el Wrigley Field, la mayor cantidad en las 101 años que la franquicia ha jugado en este histórico parque de pelota que se ubica en la esquina de Addison y Clark. Después de cada una de esas victorias, los peloteros celebraron en el recién renovado club house que incluye un tanque de privación sensorial, un estudio de yoga y demás habitaciones para recuperar sus cuerpos.

Desde los Yankees de 1998 ningún equipo llegó a playoffs con tanto margen de ventaja en las apuestas. Para muchos, sólo los Cubs podrían derrotar a los propios Cubs. Para ganar 100 dólares si crees que Chicago será campeón de la Serie Mundial, hay que apostar 180.

Y no es sólo que los lanzadores de Chicago permitan la menor cantidad de carreras en toda la gran carpa y sus bateadores hayan anotado más que ningún otro conjunto excepto Boston y Colorado. Los Cubs tienen también la defensiva con menos errores en un cuarto de siglo, creando un estilo de defensa exquisita que ha sido bautizada como Cub-ist.

Los Cubs tienen tres candidatos al premio Cy Young (los derechos Jake Arrieta y Kyle Hendricks y el zurdo Jon Lester) y dos principales candidatos del premio MVP (tercera base Kris Bryant y el primera base Anthony Rizzo), pero la defensa es el ingrediente secreto en su búsqueda de la primera Serie Mundial de la franquicia desde 1908. La única tarea en el Wrigley Field que ha sido más difícil este mes que conseguir boletos, puede ser encontrar éxito para un pelotero visitante.

Sólo dos veces en los últimos 25 años el equipo con mejor marca se coronó en la Serie Mundial (los Yankees en 1998 y 2009), y no era de la Liga Nacional. Los Mets, de 1986, fueron el último club del viejo circuito que tuvo el mejor registro (108-54) en toda la Gran Carpa y se llevó el gallardete. De eso hace ya 30 años... que Cubs busca dejar en el olvido.

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