La indumentaria puede ser una gran aliada de nuestro régimen para perder peso. Por eso hay que elegir la talla, materiales, formas y colores, adecuados poniendo la misma atención que dedicamos a elegir las comidas y contar las calorías de nuestra dieta.

La ropa puede inducir a falsas conclusiones respecto de nuestra propia figura o la forma en la que percibimos, de acuerdo con el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

EL PODER DE LOS COLORES.

¿Qué colores debemos elegir para una visión más realista de nuestra figura ante el espejo?. “Las teorías en psicología perceptiva indican que los colores amarillos, dorados y tonos pastel, sobre todo sin estampados y lisos, son los que muestran de una forma realista nuestra silueta, en este caso sin tener en cuenta el juego que pueden ofrecer los diferentes modelos de ropa ajustada o amplia”, responde Rubén Bravo, nutricionista del IMEO a EFE.

En lo que respecta a los modelos de ropa, “lo recomendable para aquellas mujeres con caderas, pero delgadas de cintura para arriba, es "huir" de las faldas holgadas y optar más por pantalones, aunque normalmente se elige la opción contraria”, indica.

“Ese tipo de mujer suele buscar esconder sus caderas y acentuar su delgadez superior, utilizando una falda muy ancha, suelta y volátil con un top ajustado en la parte superior, con colores amarillos, dorados y pastel para la falda, y oscuros, como grises o marrones en la parte superior, lo cual no sería lo más favorable”, de acuerdo con el experto.

Añade que, “la ropa negra da la sensación visual de estar más delgado, mientras los colores claros y chillones nos engordan ante los ojos de los demás”.

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Cortesía EFE / REPORTAJES

EN SU TALLA JUSTA.

Según Bravo, “cuando la ropa es demasiado apretada y comprime en exceso y durante demasiado tiempo (sobre todo en la zona de la cintura o de cintura para abajo) dificulta la circulación de la sangre y puede causar estreñimiento, por reducir la eficacia del movimiento intestinal”.

El experto recomienda elegir prendas de una talla que no nos incomode, ni nos apriete excesivamente, “pues ejercerían un efecto de compresión en tejidos que no están preparados para realizar esta función”. “Si elegimos prendas muy ajustadas, debemos optar por tejidos elásticos para que no tengan un efecto negativo sobre nuestro cuerpo”, recalca.

Si optamos por este tipo de vestimenta, el experto señala que debemos buscar nuestra talla justa y que el textil tenga un grado de elasticidad, sin oprimirnos demasiado.

ROPA DE FIESTA Y CALZADO.

La ropa de fiesta “esconde un riesgo, ya que muchas mujeres se someten durante días a una dieta líquida con el fin de poder entrar en un vestido determinado”, según el experto.

Para lucir excelente con ella, sin necesidad de someternos a una dieta extrema, el nutricionista recomienda recurrir a la “planificación, ya que normalmente los eventos que requieren de una vestimenta festiva están marcados en una fecha concreta”.

“Igual que tenemos tiempo para pensar y preparar el modelo que vamos a ponernos para esas ocasiones, también tenemos tiempo para planificarnos y realizar una dieta saludable y equilibrada hasta llegar al objetivo marcado de entrar en un vestido determinado”, enfatiza. “Siempre podemos apoyarnos en dietas depurativas o que incluyan días ‘detox’, como la Dieta de los Días Alternos, para que, aparte de perder grasa durante el proceso, reduzcamos volumen producido por la retención de líquidos”, apunta.

Según Bravo, la talla de ropa más adecuada a nuestro cuerpo, independientemente de la talla, “es aquella que nos queda justa, creando una ligera incomodidad para incentivar la pérdida de peso”. Según el especialista, el calzado cómodo es el mejor complemento de una ropa amiga de la dieta, ya que nos permite caminar más tiempo, mientras que los tacones, al ser más incómodos, limitan esta opción.

Los zapatos, cuando son los adecuados, facilitan caminar y, por lo tanto, quemar calorías con ese ejercicio. “Sabremos si es inadecuado cuando notemos los gemelos sobrecargados, o dolores en la zona lumbar”, indica Bravo. “El buen calzado es aquel que nos proporciona confort y que “no notamos” durante todo el día, no nos crea rozaduras, ni presiones en ninguna zona del pie, y en el cual nuestro pie encaja perfectamente”, concluye.

Por Rocío Gaia.

EFE/REPORTAJES

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