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La variedad de ingredientes, utensilios, formas de preparación de los platillos tradicionales, así como las diversas maneras de degustarlos, ofrendarlos o compartirlos, se despliegan en las páginas del libro La Cocina Mexicana. Guisos tradicionales en los ámbitos ritual, ceremonial y festivo.
Los colores y sabores de esos guisos tradicionales aparecen en este volumen que reúne 135 imágenes, de diversos fotógrafos de 22 estados de la República mexicana, quienes en 2012 participaron en el cuarto Concurso Nacional de Fotografía convocado por la dirección General de Culturas Populares.
Cinco años después, el trabajo de estos fotógrafos se publica como un registro de esta expresión cultural tan diversa y que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
“El hecho de que los fotógrafos fueran a diversas comunidades del país, retratando los ingredientes, los momentos en que se cocina y cuando se consumen es algo valioso, pues de otra manera es muy complicado lograr un acervo así. Tener estas imágenes nos permite asomarnos a la enorme variedad y riqueza de estos platillos”, comenta en entrevista Elena Vázquez y de los Santos, coordinadora de Arte Popular de dicha dirección.
La forma como se cocina la iguana en la Costa Chica de Oaxaca, la preparación de los guajolotes para el mole que habitantes de una comunidad de Oaxaca servirán para festejar el ordenamiento de uno de sus jóvenes como sacerdote; la convivencia que se genera entre las mujeres mientras preparan el mole y las tortillas durante la fiesta de San Francisco de Asis en Cuetzalán, Puebla, o el proceso de preparación de un guiso para mil 500 invitados en una fiesta tradicional de Tlaxcala, son solo algunas de las escenas que se pueden ver en este catálogo de fotografías.
A través de estas imágenes, explica la antropóloga, se puede ver que en diversos contextos del país la preparación de los alimentos, no solo se limita a la participación de las mujeres. Los hombres también toman un papel importante, especialmente cuando se trata de festividades colectivas.
Esta galería fotográfica también ofrece un acercamiento a los recursos naturales y la fauna del país, la forma en que se consiguen, cómo se crían y sacrifican para ocasiones especiales; aparecen escenas donde la comida tiene un sentido y significado determinado, como ofrenda al santo patrono de la comunidad, a la tierra, a los cerros o al agua. “Estas imágenes de la comida ritual nos muestran escenas poco vistas porque suelen ser eventos más íntimos, y estas fotos nos acercan a ellos”, destaca la investigadora.
