La ópera atraviesa por una crisis generalizada. Por eso, dice el tenor Arturo Chacón Cruz, las jóvenes generaciones están obligadas a ser cada vez más competitivas, porque el panorama, por momentos, parece desolador.

“Ya no hay tanto trabajo, en Europa los teatros están cerrando, en México estamos en la olla. A los cantantes nos están cancelando contratos, en Oviedo nos dijeron que si los cantantes y los músicos no cedíamos  5% de nuestro pago, se tendría que cancelar la producción, todos lo hicimos y sólo así pudimos salvarla. Hay teatros que no te pagan, a mí me deben desde hace dos años pero la compañía está en bancarrota, así que ya no espero que me paguen”, explica el tenor.

Chacón se mantiene optimista. “En Europa ya se están dando cuenta de que un pueblo avanza con la cultura, empiezan a ver que sin cultura aniquilas el espíritu de una sociedad, creo que hay luz en el camino; en México, en cambio, apenas estamos cayendo al vacío. México necesita educación, cultural, administrarse mejor.  A nadie se le ocurriría pensar en que resten dinero a necesidades primordiales para dárselo a la cultura, pero sí es preciso ponderar las políticas culturales. En Italia, por ejemplo, los teatros que sobrevivieron están administrándose mejor y están recibiendo donaciones privadas. Me duele mucho lo que está pasando en el país”, dice.

La crisis también está provocando un fenómeno: los teatros empiezan a apostar por elencos más jóvenes, de menor trayectoria. “Están contratando a los que cobran poco. Un director me dijo que otro cantante cobraba menos que yo, le contesté que estaba bien si eso le convenía más. Por fortuna el trabajo no me ha faltado, pero las cosas sí están cambiando”, lamenta.

Chacón Cruz está en México para formar parte de La Traviata, de Verdi, una producción que estuvo en riesgo de ser cancelada ante el recorte presupuestal al sector cultural. Se presentará en el Palacio de Bellas Artes del 7 al 14 de junio,  con la dirección escénica de Juliana Faesler y Clarissa Malheiros, y un elenco conformado por María Katzarva y Marcela Chacón, alternando el papel de Violeta; Jesús Suaste, Oralia Castro, Carolina Wong, Juan Enrique Guzmán, entre otros; así como con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Srba Dinic.

Alfredo Germont es un papel que el tenor conoce muy bien, lo ha interpretado en diferentes partes del mundo, por ejemplo, en Los Ángeles, donde compartió créditos con Plácido Domingo.

“Solía considerarlo ingrato y un poco desabrido, pero ahora me siento más identificado, le he encontrado más dimensiones. El libro lo leí cuando tenían 26 años y lo releí, le he encontrado otro sentido. Ahora me doy cuenta de que el amor sí existe y se puede encontrar de diferentes maneras, he comprendido más al personaje, ya no creo que sea un tonto, es más bien un hombre que tuvo una ilusión, que vio en Violeta a un ideal sobre la Tierra”, explica el tenor.

En 2012, el cantante  también interpretó el personaje de Alfredo, en una producción duramente cuestionada por la crítica. “Escénicamente fue muy escueta, a veces una producción no siempre hace click. En esta producción todos estamos poniendo todo de nuestra parte para que las cosas funcionen”, explica el tenor.

El artista  volverá a México en noviembre próximo para festejar sus 15  años de trayectoria, pero ante la crisis de la Ópera de Bellas Artes aún no es posible precisar detalles de la gala.

También  prepara un disco con música mexicana, con inversión privada y nacional. Además planea convocar a artistas que se sumen a un proyecto social a través de la música. “Un día escuché una canción en la que un niño cantaba que quería un cuerno de chivo para matar al enemigo de su papá. Eso no puede ser. Ahora mismo planeo un proyecto que represente una opción más noble”, adelanta.

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