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El próximo sábado 3 de diciembre, a las 20 horas, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), se presentará una de las obras póstumas del escritor Luis González de Alba (Charcas, San Luis Potosí, 1944), quien fue hallado muerto este domingo 2 de octubre en su casa de Guadalajara.

Se trata del libro Tlatelolco, aquella tarde, editado por Cal y Arena, sello al que cedió los derechos de su obra hace un par de meses.

La editorial dijo a este diario que la presentación de dicho volumen será también un pretexto para recordar la obra y vida del periodista y líder del Movimiento Estudiantil de 1968.

Además de este volumen, el sello editorial publicará y reeditará el próximo año otras obras del ensayista y divulgador de la ciencia, fallecido a los 72 años de edad.

El periodista e historiador Héctor Aguilar Camín dijo a la agencia EFE que el autor de Los días y los años se reunió hace dos meses con el también escritor Rafael Pérez Gay, director general de la editorial Cal y Arena, para gestionar la cesión de sus derechos y la publicación de sus obras póstumas.

Aseguró que la noche del sábado, horas antes de su fallecimiento, mandó un último correo electrónico en el que “da por terminada la tarea de dejar limpia su testamentaria autoral”.

González de Alba publicó varios libros con esa casa editorial, tanto ensayos como libros de divulgación de la ciencia. Entre ellos, Mi último tequila, Agapi mu (Amor mío), Maravillas y misterios de la física cuántica, AMLO. La construcción de un liderazgo fascinante, Niño o niña. Las diferencias sexuales y No hubo barco para mí.

En su obra póstuma que saldrá a la luz en diciembre, el autor vuelve al 2 de octubre de 1968, fecha que marcó su vida y a la que dedicó diversos libros y ensayos. En su primera novela Los días y los años, que escribió mientras estaba recluido en la cárcel de Lecumberri, ofreció su testimonio de los hechos.

Ese día en Tlatelolco, el entonces líder estudiantil se encontraba en el tercer piso del edificio Chihuahua, desde donde los líderes del Consejo Nacional de Huelga dieron su discurso hacía los estudiantes que estaban en la Plaza de las Tres Culturas.

Cuatro décadas después, el escritor sostenía que era un error decir que la muerte de centenares de personas en Tlatelolco fue un acto fríamente calculado, pues aseguraba que en el momento de los hechos hubo desorganización, falta de comunicación y hasta pánico entre los mandos militares y policíacos. En una entrevista con EL UNIVERSAL en 2013, a propósito de la publicación de su libro No hubo barco para mí, González de Alba criticaba que el Movimiento Estudiantil de 1968 se redujera solo a la matanza del 2 de octubre. “Nos hemos quedado con lo que pasó en Tlatelolco, como si eso definiera el Movimiento, pero antes que eso el 68 fue una fiesta”, dijo y recordó que cuando publicó su artículo “1968. La fiesta y la tragedia”, donde proponía revisar los hechos de aquel día, hubo mucha gente a la que no le gustó que cuestionara las versiones sangrientas y, a veces distorsionadas, sobre dicho acontecimiento.

Su suicidio, justo el día en que se conmemoraba el 48 aniversario de la matanza de Tlatelolco en 1968, ha causado conmoción entre sus amigos, colegas y miembros de la comunidad cultural. En sus últimas publicaciones de Twitter y Facebook, el escritor compartió una fotografía de su juventud y un Salmo. Desde que se dio a conocer la noticia de su muerte, estas publicaciones han sumado decenas de comentarios y mensajes de despedida de sus seguidores y amigos.

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