El Premio Nobel de Literatura , que hoy fue investido Doctor "Honoris Causa" por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander (norte de España) aseguró que la "vena literaria" es fundamental en su vida y que "todo lo demás viene por añadidura".

Vargas Llosa habló en una rueda de prensa en la UIMP de Santander (norte) con motivo de su distinción como doctor "honoris causa", un reconocimiento que agradeció y que recibió en presencia del rector de la institución, César Nombela, y numerosas autoridades, entre ellas el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, o el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna.

En su intervención al ser investido, el escritor peruano recordó anteriores visitas a la UIMP, especialmente la que hizo en 1991 en el "Encuentro con Karl Popper", donde coincidió por última vez con el filósofo, "un gran defensor de la cultura de la libertad".

Vargas Llosa elogió a Popper y reivindicó su visión optimista del mundo, "muy necesaria" hoy en día, pese a la violencia de la que se hacen eco los medios de comunicación.

Y ello, porque, según subrayó, aunque los problemas actuales "son enormes, todos tienen solución, y depende únicamente de nosotros".

Sobre la labor de escritor, el autor de Cinco esquinas o La fiesta del chivo afirmó que es "solitaria" y que la desarrolla aislado. "Es imposible ser escritor sin aislarse del resto", manifestó.

Con todo, rechazó la idea del escritor "que se aparta del mundo" o que permanece "encerrado en un cuarto" al modo de Marcel Proust. "Me interesa tener al menos un pie en la realidad que está fuera de mi escritorio o de mi despacho", aseveró.

Vargas Llosa contó que, aunque nació con la idea de ser escritor y tiene la literatura como "primera prioridad", no puede dejar de participar en la vida pública, una actitud que relaciona con autores de su generación y que cree que no abunda en otros más jóvenes.

Él sigue escribiendo "de forma sistemática", historias que le "vienen de adentro", experiencias que ha vivido y que le "generan un fantaseo" e imágenes.

Pero al principio no suele ser muy consciente de tener "un embrión de historia" y nunca ha sabido por qué determinadas experiencias dan pie a obras literarias y por qué otras "no dejan huella".

Vargas Llosa cree que muchas veces el escritor no reconoce "la obra que quiso escribir" en las que leen sus lectores o en lo que refleja la crítica, una sensación que, según admitió, él mismo ha experimentado.

"Es bastante comprensible, porque cuando uno escribe lo hace con subjetividad y se vuelca enteramente en lo que hace", explicó el autor, que se preguntó además por el futuro del libro y si sobrevivirá "a la pantalla", que lo va "reemplazando poco a poco".

Según apuntó, no tiene una respuesta a esa incógnita, pero le gustaría que el libro coexistiera junto a la pantalla.

También reflexionó sobre su presencia en la prensa "rosa", algo que no ha sido una elección. "Creo que hay que tomarlo con espíritu deportivo, hay que sobrevivir sin darle más importancia de la que tiene", dijo.

A su juicio, el fenómeno de la prensa del corazón y el interés por la intimidad "representan profundamente" esta época y han llegado a "contaminar" la prensa seria.

Y ello porque, si bien antes la prensa de entretenimiento era "marginal", ha ido ganando terreno y ha llegado a otro tipo de publicaciones que "han tenido que abrir sus páginas" a este contenido.

nrv

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