Con el amor y erotismo que imprime a sus obras, la poeta mexicana Natalia Toledo (1968) compartió fragmentos de su más reciente libro Deche bitoope/El dorso del cangrejo con los asistentes a la III Fiesta de las Culturas Indígenas Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México, que se realiza en el Zócalo capitalino hasta el 4 de septiembre.

Acompañada por el secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, la escritora oaxaqueña leyó el epígrafe de “El dorso del cangrejo”, “La flor de las niñas 2”, “La flor de las niñas 1”, “La flor de los niños”, “El camino del vidente” y “Los zapotecas”.

El poemario de Toledo, publicado por Almadía, reúne versos bilingües se traducen en una poderosa voz en zapoteco y español, informó la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en un comunicado.

Al respecto Vázquez Martín refirió que “Natalia Toledo no tiene una narrativa poética: trabaja verso a verso y cada uno de ellos es una flecha al alma. Hay un paisaje, una flora, una fauna en su poesía; está el cangrejo desde la portada, el lagarto, el perro, el maíz, el río, las nubes”.

Agregó que el libro ofrece una narrativa visual, donde la poeta juchiteca crea un mundo simbólico profundamente humano y complejo. “En ese universo poético descubro una reflexión que tiene que ver con cierta sensación de orfandad, de desgarramiento del amor, del dolor por la pérdida”.

La ganadora del Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas 2004, rescata leyendas, mitos y tradición cultural del pueblo zapoteco en un libro que conjunta la fuerza de su voz poética con las ilustraciones de su hermano Jerónimo, el Dr. Lakra.

Para amenizar la velada poética, Feliciano Carrasco, cantautor oaxaqueño y amigo de Natalia Toledo, interpretó canciones como “El feo” y “Regresa al pueblo”.

Toledo Paz señaló que en su trabajo literario procura reflejar la esencia zapoteca, ser una voz de esta lengua indígena de la región del Istmo de Tehuantepec a fin de propiciar que a través de su mirada poética el lector se acerque a la forma en cómo las mujeres istmeñas perciben y viven su sexualidad.

“Las mujeres juchitecas no pedimos permiso para pronunciar las cosas, nosotras hacemos muchas alusiones a la sexualidad, que es bastante abierta. Recuerdo que cuando era niña, podía pasar por un patio y ver que algunos jóvenes recién casados estaban tras una manta blanca haciendo el amor”, expresó Natalia Toledo.

Deche bitoope/El dorso del cangrejo -cuya portada es el dorso desnudo y de una mujer tatuada con un cangrejo- incluye más de 30 poemas agrupados en dos secciones: “El matriarcado según San Vicente”, que es el Santo Patrono de Juchitán y tiene que ver con la visión cultural de las mujeres, y “El dorso del cangrejo”, poema de largo aliento que revisa su rol como indígena y los mitos que la rodean y su contraste con la identidad urbana.

“Los dividí porque el título del libro es un poema de largo aliento, es el primero que me sale de ese tamaño y de corrido. Un día me senté y lo escribí completito en zapoteco, ya después lo traduje, lo trabajé, le metí algunas cosas a propósito, como las onomatopeyas del siglo XVI”, señaló la poeta cuya obra ha sido traducida al inglés y francés.

Natalia Toledo ha publicado también los poemarios Paraíso de fisuras (1990), Olivo negro (2004) -por el que obtuvo el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas-, Flor de pantano (2004) y La muerte pies ligeros (2005).

Con su padre Francisco Toledo ha ilustrado diversos libros que recrean los mitos indígenas para ser presentados a públicos diversos, entre ellos los niños.

nrv

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