Alguien "esencialmente modesto", que mantuvo la "coherencia" entre lo que pensaba y decía y enarboló "la bandera de lo justo", así recordaron al escritor uruguayo Mario Benedetti algunos de sus amigos más íntimos en el día en que habría cumplido 95 años.

"14 de septiembre de 1920. Ahí nace Mario Benedetti. Fueron 88 años y más de medio siglo de coherencia entre pensamiento, palabra y acción. Cultura, verdad, justicia, modestia no fueron para él valores ni términos huecos. Complace recordarlo rodeado de quienes lo valoran", dijo hoy Ricardo Elena, quien fue su médico.

En un emotivo acto celebrado en la sede de la Asociación General de Autores del Uruguay, varios miembros de la Fundación Mario Benedetti, destinada a preservar su obra, recordaron al autor de Paso de los Toros, quien murió en Montevideo en 2009.

El cantautor Daniel Viglietti, uno de sus amigos íntimos, insistió en la necesidad de que la obra del creador de clásicos como "La tregua" llegue a nuevas generaciones y que haya "nuevas miradas" y "nuevos ojos" sobre la misma.

"Y eso nos parece fundamental en alguien como él, que se caracterizó siempre por ser un optimista a toda prueba. Alguna vez dijo que contra el optimismo no hay vacunas", explicó el músico en unas declaraciones a la prensa tras participar en el acto.

Algunos pasajes de la poesía de Benedetti fueron rememorados tanto en la voz del propio poeta, emitida por un equipo de sonido, como en boca de Viglietti, Elena y la actriz Gabriela Iribarren.

Considerada la "voz del exilio" durante la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985), el también narrador, dramaturgo y ensayista de la llamada Generación del 45 publicó libros entre los años 50 y 70, los del "boom" de la narrativa latinoamericana.

Recibió multitud de premios por sus más de 80 obras en todos los géneros literarios, además de la crónica humorística, guiones de cine o letras de canciones.

"Está presente en todos los uruguayos por sus poemas, sus escritos y por su ejemplo, porque fue un ejemplo de esencia, de coherencia entre lo que él hablaba y hacía y pensaba y además un hombre esencialmente modesto", explicó Ricardo Elena, quien también es tesorero de la fundación.

Este médico jubilado tenía 13 años cuando conoció al escritor a través de "un íntimo amigo" cuya prima era Luz, la esposa de Benedetti, una mujer a su juicio "única e irrepetible" y a la que el poeta extrañó mucho tras su muerte, en 2006.

Benedetti falleció tres años después.

"Vivió muchos años en el barrio que yo vivía, en Malvín (Montevideo) y allí lo íbamos a visitar, como médico de él o con mis hijos pequeños", recuerda.

En el acto en recuerdo al escritor, cuyas obras fueron traducidas a más de 20 idiomas, se desveló que la defensora de los derechos humanos uruguaya Belela Herrera recibirá el Premio Internacional Mario Benedetti a la lucha de los Derechos Humanos y la Solidaridad, que ya va por su tercera edición.

Las anteriores ediciones del galardón premiaron a Leonard Peltier, un indio estadounidense que lleva casi 40 años encarcelado en su país y es considerado "el más antiguo preso político del continente" por varias organizaciones no gubernamentales y a la jueza uruguaya Mariana Motta por su papel en la investigación de los casos de desaparecidos durante la dictadura.

Además, la fundación, cuya creación impulsó el autor en su testamento para principalmente conservar su obra y apoyar los derechos humanos, anunció que a finales de año se inaugurará la que será su sede definitiva en Montevideo.

"El apartamento de Mario, que en principio iba a ser la sede, por razones reglamentarias del edificio no pudo ser. Tuvimos que venderlo y comprar una casa grande, linda, antigua, que la hemos terminado de reciclar casi ahora", explicó Elena.

Será allí donde se realicen los talleres y conferencias y donde se alojará un museo con objetos personales del escritor, así como su extensa colección de 10 mil libros.

"Mario es alguien que nunca se dio tregua. Siempre se puso en primera fila para sostener la bandera de lo justo", confesó Viglietti a la prensa.

A su juicio, Benedetti en su momento hizo tareas políticas pero "rápidamente entendió que su rol era el de un escritor comprometido con lo político y lo social, pero escritor al fin".

Durante el acto también se recordó al escritor Eduardo Galeano, quien falleció el pasado abril y fue vocal de la Fundación por disposición del propio Benedetti.

rqm

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