El Ministerio de Antigüedades de Egipto luchó por ella durante más de tres años. Mamduh al Damati, el anterior ministro egipcio, inició una campaña que buscó reunir el dinero suficiente para comprar la pieza y evitar que ésta desapareciera de los pedestales públicos para alojarse en una colección privada. Pero todos los esfuerzos por evitar que la escultura del escriba Sekhemka, con 4 mil 500 años de antigüedad, pasara a manos de un particular al parecer no fueron efectivos.

Descrita como “una obra maestra insustituible”, la efigie de piedra caliza con poco más de 75 centímetros de altura que muestra al alto funcionario sentado en la tradicional pose del escriba sosteniendo un papiro desenrollado, salió del Northampton Museum and Art Gallery, en el Reino Unido, para dirigirse a un destino desconocido.

Desde 2014 y alegando falta de liquidez, la pinacoteca de Northampton sometió la pieza a subasta desde la casa Christie's, por 15.76 millones de euros (unos 18 millones de dólares al tipo de cambio actual), en una decisión que fue duramente criticada por egiptólogos de todo el mundo. Incluso, el Consejo de las Artes de Inglaterra vetó la participación del recinto en sus actividades y le negó todo financiamiento gubernamental hasta 2019.

Como respuesta a la presión de los activistas, autoridades británicas establecieron un plazo de prohibición para exportar la pieza que se extendió hasta el pasado 29 de marzo, de manera que los involucrados en su defensa pudieran reunir los fondos para igualar el precio de compra y retenerla en algún recinto público. Pero, al parecer, no se logró reunir la cantidad requerida y este miércoles se anunció que la obra ya dejó el espacio museístico que la resguardaba.

Tras el levantamiento de la prohibición de su exportación, el grupo fundado para la defensa de la escultura emitió un comunicado lamentando la situación: “Con gran tristeza reportamos que es probable que la estatua haya dejado el Reino Unido con un destino desconocido, haciendo que nuestro trabajo de los últimos tres años y 10 meses sea obsoleto”.

Informa The Independent que es probable que la joya patrimonial se vendiera ya sea a un coleccionista estadounidense o a un catarí.

“En vista de las revelaciones de los Papeles de Panamá, donde se evidencia el comercio poco ético y anónimo de antigüedades de gran valor”, miembros de la campaña para rescatar la representación invitaron al Gobierno del Reino Unido “a terminar con el derecho al anonimato en las salas de subasta” e hicieron un llamado al propietario para prestar la estatua de manera permanente al Museo de Brooklyn.

Con información de El Mundo y The Independent

rqm

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