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El Nacional Monte de Piedad (NMP) niega participar en algún ilícito o lucrar con la comercialización de esculturas pirateadas a Jorge Marín, con el argumento de que en esa institución de asistencia no se toman como obras de arte sino sólo como metal (bronce), un kilogramo del cual cuesta en el mercado máximo $100, por lo que las piezas de $36 mil deberían pesar 360 kilos, pero no pasan de 30. Además, señaló que no dejará de recibir cualquier bien con valor, porque “dejaría de ayudar a la gente”.

El Monte de Piedad admitió que sí aparece en esa veintena de esculturas el nombre de “Jorge Marín” como parte de la descripción de las piezas, aunque no sean de este artista, como publicó EL UNIVERSAL, pero aclaró que por eso esta institución, que apoya con recursos de sus operaciones a más de 500 organismos de beneficencia en el país, no pide ni otorga certificados de autenticidad como obra de arte.

Su función, indicó, no es calificar obras de arte, sino que su misión es prestar dinero a quien lo necesite por alguna prenda que tenga un valor. “Sí las recibimos (las esculturas), pero sólo por el valor del fierro”, del bronce, en este caso, expusieron en entrevista funcionarios de la institución de asistencia.

También subrayaron que el NMP no es propietario de esas piezas, sino que siguen perteneciendo a las personas que las empeñaron (pignorantes), a quienes se tiene identificadas con nombre, credencial de elector y huella digital, por lo que el organismo filantrópico ofreció cooperar con autoridades de procuración de justicia y con Jorge Marín si se abre una investigación judicial del caso, aunque refirieron que hasta ahora, la Procuraduría General de la República (PGR) no lo ha requerido, a pesar de que esa dependencia federal apenas en septiembre pasado decomisó 89 esculturas pirateadas a Marín.

De hecho, señalaron que el Monte tiene varios convenios de hace mucho tiempo con las procuradurías de justicia del país, a las que notifica cuando detecta operaciones “no muy transparentes”, lo que no les pareció en el caso de la persona o personas que llevaron a empeñar las esculturas atribuidas a Marín. Aclararon que la PGR, hasta ahora, tampoco les ha hecho advertencias sobre recibir esculturas, ante el grave problema de falsificaciones de arte que hay en el país, en particular en el caso de Jorge Marín.

Confirmaron que en estos casos no se requirió ni factura ni certificados de autenticidad, pues esos requisitos sólo se aplican para el empeño y comercialización de teléfonos celulares o de automóviles.

Como una muestra de su disposición a colaborar, indicaron que la veintena de esculturas falsificadas ya fueron retiradas “temporalmente” de la tienda de Victoria y Revillagigedo, mientras se busca un contacto con el artista, hermano del también escultor Javier Marín, “para platicar con él, explicarle que el NMP no es el dueño de la prenda, sino el pignorante, y comentarle cómo es el proceso de empeño”.

—Si no ven delito en la comercializaciones de estas esculturas, ¿por qué retirarlas?

—Porque queremos primero hablar con Jorge Marín—, señaló a este diario Laura Rubio Suástegui, directora de Estrategia Comercial y Mercadotecnia, quien aseguró que el objetivo es “cuidar el buen nombre del Nacional Monte de Piedad, que ayuda a mucha gente desvalida”.

Sin embargo, los funcionarios aclararon que si Jorge Marín solicita información sobre las falsificaciones, el Monte de Piedad está dispuesto a cooperar, pero tendrá que ser por cauces legales.

De a peso. El pasado 12 de febrero, EL UNIVERSAL publicó que el NMP comercializa en esa sucursal una veintena de esculturas, que el artista Jorge Marín identificó como falsificaciones de obras suyas. Las piezas llegaron al NMP vía el empeño y sus pignorantes ya no refrendaron el préstamo, que según precisó la institución filantrópica fue de $18 mil, en el caso de cada pieza que se comercializa en $36 mil.

“A la hora de hacer una valuación, la hacemos con base en el valor del metal que se tenga en la pieza. Nosotros no comercializamos las obras de autor, lo que hicimos es dar un valor con base en el metal y sobre eso la pasamos a almoneda y es como se vendió. Si yo pusiera cuánto vale una obra de Jorge Marín, nunca valdría $25 mil 200 como se comercializa en el Monte de Piedad (con descuento). Realmente como se está comercializando es a partir del valor del metal, que en este caso es el bronce”, reiteró Rubio Suástegui.

“Nosotros no somos galería, y por eso no decimos que vendemos la obra de tal o cual artista. (...) Nosotros no vendemos obra de arte, vendemos kilos de metal, gramaje, como se dice aquí”, insistió Eduardo Sastré de la Riva, consultor de relaciones institucionales y comercio del NMP.

“Nuestra función no es calificar si es obra de arte. Tiene un valor en metal. Viene el pignorante y dice: ‘Tengo esto, ¿cuánto me puedes prestar?’ Ya identifiqué a la persona, tengo su huella digital, sé quién es el propietario. Y entonces le digo: ‘Mira, esto vale tanto en kilos de bronce, te doy 18 mil pesos, que es el caso particular de estas esculturas. Es obvio que se está dando un valor al fierro, al bronce, nada más. ¿Y cómo lo vendo? En lo mismo. ¿En cuanto se valuó? En peso $36 mil, en préstamo, $18 mil. Si alguien la hubiera comprado, al propietario se le entregan los otros $18 mil”, explicó Sastré de la Riva.

—¿Si yo llego con un kilo de bronce en bruto, el Monte de Piedad me daría lo mismo por kilo si fuera escultura?
—se les preguntó a ambos funcionarios del NMP.

—Lo mismo. Lo que vamos a tomar en cuenta es el metal, —respondió Sastré de la Riva.

—La diferencia sólo será la descripción, qué es lo que se está recibiendo, tres piezas de bronce o tres barras, etc., —añadió Rubio Suástegui.

En el caso de la mayoría de la veintena de esculturas falsificadas que comercializa el Monte de Piedad, esos bronces fueron valuados en $36 mil (con descuento se comercializan en $25 mil 200) y quien las empeñó recibió $18 mil en préstamo. En el mercado de metales nacional, el kilogramo de bronce para escultura ronda los $100 máximo (en empresas como Metales y Aceros Especiales, el más caro cuesta $82), por lo que si las esculturas se valuaron por kilo, deberían pesar en promedio 360.

Si la pieza es comprada, el pignorante aún puede recibir más dinero, pues el NMP dice sólo retener los intereses. “Nacional Monte de Piedad, durante todo el proceso prendario, funge como administrador de la prenda, nunca como propietario, por lo cual, en el momento que el cliente no recupera la misma, ésta sale a la venta y en cuanto se enajena, a la cantidad obtenida se le restan los gastos administrativos y el remanente se devuelve al dueño”, aclara la institución fundada en 1775 y la de mayor prestigio del país.

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