"Conseguir la victoria en la derrota"; con esta paradoja el director artístico de la Compañía Nacional de Teatro de México, , resume el contenido de Numancia, obra que se estrena mañana en el Festival Internacional Cervantino (FIC) y pone en duda lo que entendemos por triunfo.

"Numancia", coproducida por el FIC y basada en la obra culmen de la dramaturgia de Miguel de Cervantes, planteará al público que se acerque a la ciudad de Guanajuato que "no cualquier derrota deja de alcanzar la posibilidad de una victoria", al igual que "no cualquier triunfo deja de ser una derrota", asegura De Tavira.

La trágica historia del pueblo de Numancia, población que fue sitiada en el siglo II a.C por las tropas del general romano Escipión, pone de relieve la cuestión de que "sin dignidad no tiene ningún sentido la sobrevivencia", un planteamiento que choca con la "moral de éxito de nuestro tiempo" que divide al mundo "entre perdedores y vencedores", afirma el dramaturgo y ensayista.

"La sociedad completa está siendo rehén de un cerco; vivimos una guerra, la guerra entre civilidad y barbarie", destaca el director, quien pone como ejemplo de resistencia aquellos pueblos originarios en México que defienden sus tierras frente a los intereses económicos de las empresas.

Basada en una adaptación de Ignacio García, "Numancia" incluye en su reparto a 25 actores que fueron fundamentales en la forma en la que se diseñó la concepción del espacio, dado que el pueblo está presente sobre el escenario durante toda la función.

En la obra se ha incorporado el canto cardenche, proveniente del norte de México, y los actores entonan a capella canciones de la Comarca Lagunera, ubicada entre los estados de Coahuila y Durango.

Si bien se sostiene sobre un gran personaje colectivo que es ese pueblo celtíbero, Numancia es, sobre todo, "el valor de sus mujeres, que son las que en el momento decisivo levantan la voz para centrar la cuestión y tomar la decisión definitiva", explica De Tavira.

El director subraya cómo "El cerco de Numancia" supuso la culminación de "un proceso de recuperación de la vigencia del teatro en la sociedad su tiempo", antes de que se produjera la "eclosión" de este arte en el Siglo de Oro.

Sin esta obra de Cervantes, que siguió un canon "muy próximo a Esquilo", no se pondría entender el "Fuenteovejuna" de Lope de Vega (quien eclipsaría al "manco de Lepanto" en el teatro) ni la moral de su personaje principal, también colectivo, argumenta De Tavira.

El director de la obra, Juan Carrillo, señaló en la rueda de prensa de presentación que al hacerse cargo de esta versión sintió "una gran responsabilidad discursiva", por la importancia que dio al hecho de que el discurso de Cervantes y el suyo "se fundieran" e hicieran juntos una nueva postura teatral.

También para conseguir que este texto "incendiario, provocador y crudo", que señala muchos temas que a Cervantes le inquietaban, "sonara a hoy, a pesar de estar escrito en el siglo XVI", añadió.

En esa época, Cervantes ya trató temas como la equidad de género o el suicidio, así como la dignidad, el poder de la sociedad o la entereza humana, entre otros aspectos, apuntó Carrillo.

Por otra parte, el director del FIC, Jorge Volpi, afirmó que la conmemoración del 400 aniversario de la muerte de Cervantes fue una "oportunidad de que el público vea la vigencia de esta obra dramática".

Numancia se presentará el miércoles y el jueves de esta semana en el marco del FIC, cuya 44 edición se desarrollará hasta el día 23 de este mes bajo el lema "De la locura al idealismo".

nrv

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