Clínica de periodismo

Dos de las pasiones de Juan Villoro, el teatro y el futbol, se reunieron la tarde del pasado jueves en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes. Los aspectos de la teatralidad del futbol son inagotables, aseguró el escritor y periodista en su conferencia magistral “Los actores del césped”, que impartió en el marco del Tercer Coloquio Internacional de Teatro y Futbol.

Villoro abordó al fútbol como un sistema de representación, pues “se trata de un deporte, evidentemente, pero también como una manera de entender el mundo y de entendernos a nosotros como sujetos lúdicos”.

El ganador del Premio Herralde 2004 explicó que la particularidad que hace al futbol el deporte que cautiva a un mayor número de países es que posee menos reglas y para los jugadores no existe una condición atlética específica, pues es una actividad de “extraña democracia”.

“Los jugadores de futbol son continuadores de los héroes homéricos y antecedente de los pokemones”, explicó.

Respecto a su relación con el teatro, el también cronista deportivo explicó que empieza a haber una dimensión teatral fuerte cuando los partidos son percibidos a través de la televisión.

“La cámara es esclava de la pelota. Nos limitamos a ver exclusivamente la zona donde está el balón. Los actores dependen del diálogo para expresar sus emociones, mientras que el futbolista debe buscar la pelota para representarse a sí mismo", dijo.

Para el autor de Dios es redondo, el futbol y el teatro dependen del manejo del tiempo, en ambos se acelera o se alarga a voluntad de la puesta en escena: “En el futbol la mayor parte del tiempo no pasan goles. Es un deporte muy avaro con las acciones”.

Una de las partes más innobles de la teatralidad del futbol, explicó Villoro, es que se fomenta mucho de los errores del árbitro y los jugadores usan la exageración para fingir faltas. “No todo tiene que ver con el más rápido, es el deporte donde el jugador trata de sacar ventaja de la representación teatral”.

Añadió que hay aspectos compensatorios teatrales muy positivos, como es el desplazamiento del jugador, que tiene un dominio teatral del campo. “Es importante no sólo saber jugar el deporte sino representarlo escénicamente a través de las fintas, jugadas de pantalla, el pase de túnel, mirar hacia un lado para tirar hacia el otro”, indicó.

Explicó además que la presencia del espectador, el jugador número 12, también es vital. Villoro, quien se considera a sí mismo un “aficionado a la afición”, dijo que vivir el hecho escénico y estar en el estadio es una experiencia insustituible, un ritual.

El también autor de Conferencia sobre la lluvia utilizó el ejemplo del locutor Ángel Fernández para explicar la importancia de la palabra como otro elemento teatral: “Está asociado por la palabra, no tanto por lo que dice en la cancha, sino por lo que se dice de la cancha por las grandes rapsodias de la palabra: los locutores”.

“En su teatralidad, el futbol puede parecer muchas cosas pero al final depende de un impulso elemental, de ese momento en que alguien descubre que una circunferencia puede ser un objeto mágico: una pelota”, añadió.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses

[Publicidad]