Se entiende por vacuna cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Puede tratarse, por ejemplo, de una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos. El método más habitual para administrar las vacunas es la inyección, aunque algunas se administran con un vaporizador nasal u oral.

Algunos creen que mantener condiciones de higiene y saneamiento harán desaparecer las enfermedades, lo que hace que las vacunas no sean necesarias. ¡Esto es falso! Las enfermedades contra las que podemos vacunar volverían a aparecer si se interrumpieran los programas de vacunación.

Seguro has escuchado que las vacunas contienen mercurio y que es peligroso, que causan autismo o que es mejor la inmunización por la enfermedad que por las vacunas, todo eso es falso. Tranquilo, las vacunas son muy seguras. La mayoría de las reacciones vacunales son generalmente leves y temporales, por ejemplo, un brazo dolorido o febrícula.

nrv

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