¿Sabías qé hoy es el Día Internacional de la Leche? Seguramento no, pero no te preocupes, aquí te aclaramos algunos mitos que rodean a este alimento y también te cotamos muchos de sus beneficios:

*¿Beber leche es fundamental durante toda la vida? La respuesta es: falso

Como mamíferos, los humanos dependemos nutricionalmente de la leche durante los dos primeros años de vida, época que se denomina, precisamente, lactancia. La adolescencia es una etapa crítica para la formación del esqueleto. Muchas osteoporosis de la edad adulta mayor se relacionan con que no hubo una completa formación ósea durante la adolescencia. El elemento crítico es el calcio, abundante en la leche y los lácteos, de tal forma que el consumo de leche durante la adolescencia puede vincularse con la salud ósea de la senectud. En etapas posteriores a la adolescencia la leche no es más un nutrimento importante, e incluso se pude prescindir de ella.

*¿La leche es un alimento que se contamina fácilmente? ¡Cierto!

La leche se puede contaminar de bacterias a partir de un manejo poco higiénico. Lo más común es su contaminación por bacterias fecales, que pueden provocar diarrea. Las vacas y cabras enfermas pueden transmitir a los humanos, a través de la leche, enfermedades como tuberculosis y brucelosis, principalmente.

*¿La intolerancia a la lactosa es algo infrecuente? ¡Falso!

Al parecer, hasta un 70% de las personas, sobre todo mayores, tienen deficiencia de lactasa, como si existiera una determinada dotación de esta enzima, que se fuera acabando con la edad (aunque sólo en individuos con cierta constitución genética). Esto se traduce en intolerancia a la lactosa (azúcar de la leche). La lactasa es una sustancia intestinal que fragmenta la lactosa y favorece la absorción de los azúcares más simples que contiene. Si no existe lactasa, la lactosa no se absorbe y al llegar al intestino grueso las bacterias que allí existen la digieren mediante procesos de fermentación y putrefacción. La intolerancia a la lactosa se manifiesta en algunos casos como diarrea después de tomar lácteos, y en otros como distensión abdominal, gases, ruidos intestinales y cólicos. Muchos casos que se califican como “colitis” o “síndrome de intestino irritable”, que los pacientes y los médicos ya no saben cómo combatir, han resultado intolerancia a la lactosa.

*¿La leche es mala para el colesterol? ¡Cierto!

La leche y los lácteos suelen contener cantidades considerables de grasa, particularmente ciertos quesos, lo que puede influir en el control de los pacientes que tienen trastornos de los lípidos sanguíneos (colesterol, triglicéridos).

*¿La leche es un buen antiácido? ¡Falso!

A raíz de que en alguna época las úlceras pépticas (gástricas o duodenales) se trataban con una dieta láctea (casi exclusivamente leche mezclada con crema, suministrada cada hora durante el día), la leche adquirió la fama de que neutralizaba la acidez del jugo gástrico y podría servir como “antiácido” en el tratamiento de las gastritis y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (agruras, regurgitaciones). Sin embargo, esto no es del todo cierto, pues su poder neutralizante no es mayor que el de casi cualquier alimento y, por otro lado, la proteína de la leche puede estimular la secreción ácida del estómago.

*¿Beber leche evita la osteoporosis? ¡Falso!

Existe la creencia de que, por su contenido en calcio, la leche y los lácteos ayudan a las mujeres posmenopáusicas a evitar la osteoporosis. Lo cierto es que una cantidad elevada de calcio en la alimentación no mejora la mineralización de los huesos; acaso, una cantidad insuficiente de calcio puede contribuir a la desmineralización, de tal modo que lo que se tiene que garantizar es un mínimo de calcio, ya sea en los alimentos o mediante medicamentos, si es que los primeros no lo aportan.

jpe

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