Aunque nos consideremos bastante abiertos a la hora de seleccionar pareja y, en algunas oportunidades nos sentimos atraídos por nuestro "polo opuesto", lo cierto es que, cuando buscamos un compromiso de largo plazo, lo hacemos con alguien genéticamente muy similar a nosotros.

Una investigación de la Universidad de Queensland de Australia, realizada con 24 mil 662 matrimonios o parejas de 20 países diferentes, con un promedio de 14 años de convivencia, encontró que la similitud de rasgos genéticos es tan alta, que sería determinante.

Luego de analizar las parejas, se vio que no solo hay similitud en el ADN, también en la propensión genética a enfermedades, una estatura similar (con unos 10 o 15 centímetros de diferencia en promedio), un índice de masa corporal parecido (relación entre estatura y peso) y hasta hay semejanzas en la presión arterial.

El reporte, publicado en la revista Nature Human Behavior, señaló que estas y otras semejanzas se mantenían independientemente de si se trataba de personas de origen europeo, australiano, asiático o en gente del continente americano.

"Se ha dicho que el componente cultural domina la elección de una pareja, pero no es tanto así. Incluso, al buscar un nivel educativo similar, buscamos gente con una genética muy parecida", enfatizó en un comunicado de prensa, Matthew Robinson, coordinador del estudio.

¿Por qué pasa algo así? "Esto puede deberse a que, aunque conscientemente, queramos o no tener hijos, inconscientemente, nuestra naturaleza animal busca a alguien con quien reproducir su linaje, pero somos tan celosos de ese linaje que no buscamos nada muy diferente", explicó Robinson.

¿Cuán similares son los genes? El investigador aclaró que para que los genes "se enamoren", no hace falta tener similitudes extremadamente altas.

"Una estructura genética del 100% en similitud solo se ve en gemelos idénticos, y en hermanos de padre y madre, baja a aproximadamente un 50%; entre primos hermanos baja a cerca de 12.5%", señaló el autor.

Entonces, ¿de cuánto se está hablando para que dos personas se dejen flechar por sus genes? Robinson manifiesta que no se atreven a dar un número promedio, porque las expresiones genéticas varían. Sin embargo, en su estudio sí vieron parejas con una similitud de entre 2% y un 3%, lo cual es muy alto.

Incluso, hubo una pareja con una semejanza de casi un 8%, lo que equivale a lo que normalmente compartimos con parientes lejanos.

Aún más, del gran porcentaje de genes que no se comparten, las parejas tenían secuencias genéticas que, aunque no eran iguales, tampoco tenían gran cantidad de diferencias.

No obstante, los investigadores son enfáticos en que esto es solo una tendencia, no una ley, y que hay personas que se emparejan con individuos cuyos rasgos genéticos son disímiles.

Otros rasgos. Las similitudes son aún mayores si se comparan en estatura, presión arterial e índice de masa corporal. Empero, estas no siempre constituyen un parecido visible: si una persona no es muy alta, pero tiene rasgos genéticos para serlo -pues en su familia hay gente de gran estatura- tenderá a buscar una pareja grande.

En una entrevista para el portal web de la revista Science , se le preguntó a Robinson si él y su esposa (con quien se casó hace 16 años) cumplen con ese requisito de similitudes.

"Pues no hemos analizado nuestros genomas, pero sí podemos decir que ambos tenemos un doctorado universitario y, además, los dos somos bastante altos. Supongo que sí encajamos con lo que dice el estudio", respondió a la consulta.

jpe

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