V404 Cygni, que está a "tan solo" unos 8 mil años luz de distancia y es uno de los agujeros negros más cercanos a la Tierra, posee un gran disco de acreción (unos 10 millones de kilómetros de radio), lo que hace que sus erupciones sean extremadamente luminosas en todos los rangos espectrales, agrega el IAC.

Este agujero negro entró en erupción el 15 de junio de 2015, después de más de 25 años de inactividad, y durante este periodo su brillo aumentó un millón de veces en unos pocos días, convirtiéndose en la fuente más brillante del cielo en rayos X.

El equipo investigador inició sus observaciones espectroscópicas pocos días después de su entrada en erupción, mediante la activación de un programa de oportunidad, específicamente diseñado para este tipo de eventos por investigadores del IAC.

Las observaciones revelan la presencia de un viento de material neutro (hidrógeno y helio no ionizado) que se forma en las capas externas del disco de acreción, regulando el proceso de cómo el material es tragado por el agujero negro.

Ese viento, detectado por primera vez en un sistema de este tipo, se mueve a gran velocidad (3 mil kilómetros por segundo) para poder así escapar del campo gravitatorio del agujero negro.

Su presencia permite explicar por qué la erupción a pesar de ser luminosa y muy violenta, con continuos cambios de brillo y eyecciones de masa en forma de chorros que se detectan en ondas de radio, fue además muy breve (tan solo dos semanas), añade el IAC.

Al final de la erupción las observaciones revelaron la presencia de una nebulosidad formada por material eyectado por el viento; fenómeno, que ha sido observado por primera vez en un agujero negro y permite además estimar la cantidad de masa expulsada al medio interestelar.

La base de datos recopilada es probablemente la mejor jamás obtenida para un objeto de este tipo, según señala uno de los investigadores del trabajo, Teo Muñoz.

Los investigadores creen que lo observado en V404 Cygni sucede, al menos, en otros agujeros negros con discos de acreción de gran tamaño, según Jorge Casares y Phil Charles, dos de los descubridores de este agujero negro en 1992 y coautores del artículo publicado hoy.

En este estudio han participado investigadores del IAC y científicos de las universidades de Oxford y Southampton en Reino Unido, y de institutos de investigación en Alemania, Francia y Japón.

kal

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