Quedan pocos días para presenciar el fenómeno astronómico del año, el esperado paso de Mercurio frente a nuestra estrella. Después de una década de espera, el ritmo de los movimientos en el Sistema Solar, vuelve a ubicar durante varias horas a la Tierra, a Mercurio y al Sol alineados, algo que solo podemos ver 13 veces por siglo.

Mercurio es un planeta un tanto esquivo para los observadores del cielo, pues aunque puede verse a simple vista, su cercanía al Sol hace que solo se pueda contemplar cuando nuestra estrella está bajo el horizonte, justo antes del amanecer o después del ocaso.

En la antigüedad, los griegos pensaron que se trataba de dos objetos diferentes, a los que llamaron Apolo, cuando lo veían en las primeras horas de la mañana, y Hermes, al anochecer. Pitágoras planteó por primera vez la idea de que se trataba del mismo objeto celeste, cuyo nombre actual es tomado del dios mensajero y del comercio en la mitología romana (del latín 'merx', usado para mercancía), resaltando el hecho de que es el planeta que más rápido se mueve alrededor del Sol. Un año en Mercurio equivale a tres meses terrestres.

No se sabe exactamente quién lo descubrió, pues se han encontrado registros de hace más de 5 mil años en la cultura sumeria. Pese a que la primera vez que lo conocimos de cerca fue con la nave Mariner 10, hace cuatro décadas, solo hasta el 2008 la sonda Messenger pudo cartografiar en detalle su superficie antes de que se estrellara de forma controlada con el planeta.

Nuestra larga historia de observación de Mercurio se ha caracterizado por importantes hitos. En 1631 se realizaron las primeras observaciones del tránsito de Mercurio, que solo puede ser visto con la ayuda de telescopios. En esa ocasión se confirmaban las predicciones del astrónomo Johannes Kepler y de sus leyes del movimiento planetario.

Gracias a Mercurio, la teoría de la relatividad general de Einstein, de 1915, obtuvo su primer triunfo, al poder explicar unas pequeñas perturbaciones en su movimiento orbital. Desde los tiempos de Newton, y por más de dos siglos, nadie sabía qué era lo que pasaba con Mercurio, e incluso se había planteado la existencia de un hipotético planeta de nombre Vulcano, en las inmediaciones del Sol, cuya atracción gravitatoria diera cuenta de tales variaciones.

Este lunes 9 de mayo, desde las primeras horas de la mañana y durante casi ocho horas podremos deleitarnos con este espectáculo del firmamento.

Hay que recordar que mirar al Sol sin la adecuada protección mediante el uso de filtros solares especializados puede causar daños permanentes en la visión.

El fenómeno se observará de las 6:12 a las 13:42 horas de la Ciudad de México.

kal

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