Desde hace tiempo que los científicos trabajan en diferentes métodos para acabar con las partículas de cáncer que hoy en día son combatidas sin éxito a través de cirugías y tratamientos de quimioterapia o radiación, pero científicos de la Universidad de Rice en Houston han descubierto otro pionero método que podría ser la solución, según detalla la revista Science.

Se trata de la introducción de racimos de átomos dorados que en contacto con el calor a través de luz infrarroja se vaporizan, creando burbujas que se expanden rápidamente y revientan, desgarrando las células cancerosas.

Los tumores cancerígenos tienen comúnmente vasos sanguíneos con filtraciones. Por esto, cuando las nanopartículas doradas se inyectan en el torrente sanguíneo tienen a filtrarse fuera de las aberturas de los vasos y congregarse alrededor de los tumores.

Para limpiar su entorno, ellas envuelven las nanopartículas actuando como especias de “caballos de troya”. Así, cuando los investigadores golpean los átomos dorados con luz láser infraroja, que puede viajar a través de centímetros de tejidos, las partículas se calientan y matan a las cancerígenas. Sin embargo, esta estrategia ha experimentado dos problemas, ya que al introducir las nanopartículas doradas, algunas terminan alrededor de célular normales, por lo que el tejido sano puede dañarse con la acción de los láseres.

Los científicos han intentado mejorar el enfoque de la terapia, manipulando ratas implantadas con carcinoma de células escamosas humanas, otras con cáncer y anticuerpos, utilizando además rayos láser con disparos continuos y ultracortos.

Esto previno que el calor se expandiera y se concentrara para la posterior explosión de burbujas en las células cancerígenas y no en el tejido sano.

Dmitri Lapotko, físico de la Universidad de Rice y jefe de una corporación de medicina en nanotecnología, y su equipo, destacaron a Nature Nanotechnology este proceso y están están diseñando un ensayo clínico que podría comenzar a probar la terapia en humanos en los próximos dos años.

“Esto es muy, muy interesante”, dice Mien-Chie Hung de la Universidad de Texas, que está explorando el tratamiento de tumores con micropartículas.

Hung indica que esta nueva técnica actúa como una cirugía microscópica que detecta las células residuales, enfatizando que muchos oncólogos han tenido buenas experiencias en animales pero no así en humanos. Si esta fórmula resulta, podría abrir una nueva ventana en la detección y eliminación de células cancerígenas que quedan después de una cirugía.

Si la técnica tiene éxito en personas, podría mejorar brúscamente las posibilidades para los enfermos de cáncer, particularmente en los casos en que la extirpación quirúrgica de un tumor entero es imposible.

Hoy en día, los cirujanos que operan a enfermos de cáncer hacen todo lo posible para eliminar hasta la última célula enferma, porque cualquiera que quede puede crecer para transformarse en nuevos tumores o metástasis en todo el cuerpo, utilizando tratamientos de radiación o quimioterapia, pero que ha resultado no ser un método infalible.

kal

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