El uso de aguas residuales para riego agrícola en México reporta beneficios para el campo, así lo revelan estudios elaborados por especialistas del Instituto de Geología de la UNAM.

El sector agrario consume más del 65% del agua potable. Una alternativa para optimizar el uso de este preciado recurso, es aprovechar las aguas residuales para riego, y al mismo tiempo, reciclar los nutrientes contenidos en éstas, comentó la doctora Christina Siebe.

El suelo posee una alta capacidad de filtro y amortiguamiento y con ello, puede retener sales y contaminantes; además, puede transformar la materia orgánica contenida en el agua para aportar alimentos a las plantas. Es por eso que las aguas residuales se usan para irrigar terrenos rurales.

El agua residual, explicó la especialista, es líquido contaminado con sustancias fecales y orina, procedentes de desechos orgánicos humanos o animales. Contiene materia orgánica, patógenos, detergentes, grasas y aceites, entre otros contaminantes. Aunque no lo parezca, el usar este tipo de agua para riego tiene sus ventajas: la capacidad de filtraje y amortiguamiento del suelo hace la función de planta de tratamiento.

Prevenir riesgos

Entre los beneficios más notables, señaló Christina Siebe, están el incremento de la productividad agrícola, la disposición de agua residual a bajo costo, la optimización del uso del agua en zonas con déficit hídrico, y el reciclaje de nutrientes en zonas agrícolas.

La ganancia también es económica, ya que se destinan menos ingresos al bombeo, el agua potable es para uso exclusivamente humano, los agricultores obtienen mayores ganancias y ahorran gastos en fertilizantes; también se ahorra en el costo del tratamiento de agua pues el filtro del suelo es gratis.

Lo malo está en que esa agua contiene patógenos (coliformes fecales), que pueden traer enfermedades para los agricultores que tienen contacto con ella, y para quienes consumen los productos regados con esas “aguas negras”. Además, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y a la contaminación de los mantos acuíferos con nitratos y sales solubles.

En muchas partes del mundo se ha optado por tratar las aguas residuales antes de reusarlas para riego. El proceso permite ajustar las cantidades de nutrientes que se aplican según los requerimientos de los cultivos. En el Valle del Mezquital, por ejemplo, se está construyendo una planta de tratamiento para mejorar la calidad del líquido.

Sin embargo, reconoció la investigadora, la población que tiene conocimiento de este proceso de riego, prefiere usar el agua sin tratamiento, pues a pesar de las enfermedades gastrointestinales que pudieran contraer, con este líquido no requieren usar fertilizantes en los terrenos y obtienen buenos rendimientos.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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