Si toda la Antártida se derritiera a causa de la quema de combustibles fósiles, el nivel del mar podría elevarse entre 50 y 60 metros, y cambiar el perfil de las regiones costeras de todo el mundo, así lo señala un estudio publicado en Science Advances.

De acuerdo con la investigadora Ricarda Winkelmann, una cosa así "no pasaría de la noche a la mañana, pero lo alucinante es que nuestros actos de hoy están cambiando la cara del planeta Tierra como lo conocemos y lo seguirá haciendo durante decenas de miles de años".

"Si queremos evitar que la Antártida pierda todo el hielo, es necesario que mantengamos el carbón, el gas y el petróleo bajo tierra", agregó y dijo que "el riesgo a largo plazo aumenta con cada décima de grado de calentamiento adicional".

Con el uso cada vez más de energía fósil "aumentamos el riesgo de desencadenar cambios que luego no seamos capaces de parar o revertir en el futuro", según Alders Levermann, coautor del estudio

De hecho -señaló- la capa de hielo de la Antártida occidental "podría haber entrado ya en una fase de pérdida de hielo imparable, ya sea como resultado de la actividad humana o no".

Para realizar su estudio, los expertos calcularon las emisiones de gases invernadero debido a la combustión de carbón o petróleo para analizar qué pasaría en el futuro.

Así, la quema de todos los recursos disponibles de combustibles fósiles generarían emisiones de unas 10 mil millones de toneladas de carbono, lo que se traduciría en una perdida de hielo en la Antártida a lo largo de los próximos 10 mil años.

Las simulaciones de los expertos apuntan que con ese deshielo el nivel del agua del mar aumentaría hasta tres metros cada siglo durante el primer milenio, incluso si el calentamiento se limitase a dos grados centígrados existiría el riesgo de desestabilizar la capa de hielo de la Antártida occidental.

kal

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