La mayoría de las personas puede evocar imágenes fácilmente al cerrar los ojos, pero algunas personas son incapaces de visualizar en su mente situaciones, escenarios o personas debido a una condición que ha sido identificada como aphantasia.

Se trata de una condición neuronal en la cual el llamado “ojo de la mente no funciona”, las personas llevan una vida normal pero sin imágenes mentales, según el profesor Adam Zeman, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exter, quien acuñó el término.

Aunque la palabra de aphantasia fue sugerida por primera vez en un estudio sobre agnosia visual publicado hace un par de meses, sin embargo la condición ha recibido poca atención científica por lo que Zeman tiene planeado llevar a cabo investigaciones más amplias.

La imaginería visual voluntaria e involuntaria es, para la mayoría de nosotros, un ingrediente llamativo de la experiencia cotidiana que juega un papel destacado en la memoria, en el soñar despierto y en la creatividad.

Esta experiencia se asocia con la actividad en el sistema “ejecutivo” fronto-parietal y en las regiones posteriores del cerebro que en conjunto permiten generar imágenes sobre la base de los conocimientos almacenados.

Informes clínicos previos sugieren la existencia de dos tipos principales de deterioro neurológico de imágenes visuales: los trastornos de la memoria visual como la agnosia y el déficit de generación de imágenes.

En 2010 se informó un caso particular “puro” de déficit de generación de imágenes en un hombre de 65 años que fue incapaz de lograr visualizaciones mentales después de una angioplastia coronaria, tras lo cual otras personas reconocieron tener una “imaginación ciega”.

La diferencia, precisa Zeman, es que éstas personas reconocieron haber tenido esta condición toda su vida, lo que llevó al profesor y su equipo a estudiar las características de esta imposibilidad de “ver” imágenes mentales, reportó la cadena pública de noticias BBC.

Los participantes refirieron haberse percatado de su condición entre la adolescencia y los 20 años de edad, cuando a través de conversaciones con otras personas descubrieron que “veían cosas con su mente”, a diferencia de ellos mismos.

Según los resultados del estudio, la mayoría de los participantes describió tener imágenes involuntarias durante la vigilia o durante el sueño, por lo general en forma de flashes, mientras que otros simplemente no informaron de ninguna imaginería.

Los participantes reportaron un variado pero modesto efecto en el estado de ánimo y las relaciones, ya que la mayoría dijo tener dificultades con la memoria autobiográfica, los dominios verbales, las matemáticas y la lógica.

Niel Kenmuir, de la ciudad británica de Lancaster, siempre ha tenido el “ojo de la mente” ciego, una condición de la que fue consciente desde la infancia cuando no podía dormir y su padrastro le pedía contar ovejas para conciliar el sueño.

“Después de explicarme lo que debía hacer, traté de contar ovejas pero no pude ver ninguna oveja saltando por encima de vallas, no había nada qué contar en mi mente”, relata Kenmuir a la BBC.

Los recuerdos están atados a imágenes, por lo que para las personas con aphantasia es terrible no poder visualizar lo ocurrido el día de su boda o su primer día en la escuela, aunque sí pueden recordarlos como acontecimientos.

Kenmuir lucha por reconocer rostros pero no ve la aphantasia como una discapacidad, sino como una forma diferentes de experimentar la vida.

kal

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