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En octubre de 2011, un vecino avisó a Eduardo Noriega Rodríguez que un grupo de trabajadores entró a cercar su terreno con mallas metálicas. La propiedad había sido vendida a su nombre, en una operación notarial, con pasaporte apócrifo.

En julio de ese año, la notaria pública 114 de la Ciudad de México, María Teresa Rodríguez dio por bueno el documento presentado por un falso Eduardo Noriega Rodríguez, quien, sin firmar ninguna escritura, a través de un apoderado realizó la operación por la cual obtuvo un millón 800 mil pesos.

El abogado del caso, Rodrigo Cruz, explicó que desde el momento en que se realizó la operación hubo irregularidades, porque el falso Eduardo Noriega argumentó que estaba imposibilitado para firmar sin detallar el motivo, con lo cual otorgó el poder a un tercero, sin que la notaria hallara sospechosa la forma en que se realizaba la acción de venta.

Desde entonces, ha sido imposible localizar al falso Eduardo Noriega. La propiedad, adquirida por Daniel Riveroll Soria, se encuentra en Calzada de las Águilas, en la delegación Álvaro Obregón, actualmente se utiliza para la renta de manparas publicitarias.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Eduardo Noriega detalló que después de realizar el procedimiento de ley ante la Secretaría de Relaciones Exteriores se demostró que el pasaporte con el que se realizó la venta era apócrifo.

Sin embargo, este no fue el único documento que falsificaron, ya que en la venta también presentaron un acta de nacimiento falsa, en la cual la ciudad de nacimiento de Noriega estaba equivocada y fue más sencillo argumentar la procedencia del documento.

“Los datos se obtuvieron en el Registro Público de la Propiedad. Con esa información consiguieron el pasaporte y el acta de nacimiento y matrimonio apócrifas. Pero en esos documentos hay datos que no coinciden con la documentación original”, explicó Noriega.

Actualmente, en la demanda del caso está por comenzar la audiencia de conciliación para pasar al periodo de pruebas donde todos los involucrados en el juicio deben presentar sus documentos para acreditar la propiedad. Hasta el momento, los actuales dueños sólo han comparecido por escrito en el proceso legal.

Segundo caso. El abogado destacó que por segunda ocasión la notaria Rodríguez está involucrada en una compraventa de este tipo. En julio de 2000, otorgó la escritura de un inmueble ubicado en la Avenida Niños Héroes en la colonia Doctores de la Ciudad de México, a supuestos compradores que se identificaron tanto con credencial de elector y cédulas profesionales falsas.

“La notaria dice que es de buena fe que le muestren un documento que considera que es auténtico y ella le cree al que vende, además de que por ley es permisible que alguien más firme a ruego de una persona que esté imposibilitada para firmar.

Sin embargo, la persona que advirtió que no podía firmar pudo haber estampado su huella digital. Es una omisión en la que incurrió la notaria”, explicó Cruz.

Se espera que a mediados de año se tenga un veredicto sobre la demanda donde el juez cancele la escritura de la venta apócrifa y devuelva la propiedad a Eduardo Noriega, quien a pesar de que ha podido comprobar legalmente su identidad y la veracidad de sus documentos, desde hace seis años no ha podido recuperar su terreno.

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