Durante el encuentro automotriz organizado por el IPADE sobre las tendencias en consumidores, impacto ambiental y tecnología para el 2030, encontramos grandes cambios desde el punto de vista del consumidor, quien considera que el automóvil es una inversión importante mas poco productiva, puesto que al día se utiliza sólo el 4%. Si consideramos la baja utilización en cortos recorridos, que en el mejor de los casos la capacidad interna se usa al 50% y que tenemos que pagar estacionamiento en el destino final, esto lleva a gastos muy altos que nos cuestionan sobre el modelo actual.

En este sentido han surgido empresas como Uber, Cabify y Blablacar, las cuales buscan resolver las necesidades y los problemas de movilidad en las zonas urbanas.

En el caso de Uber y Cabify, que utilizan la inversión existente en el parque automotriz de las ciudades a las que han llegado, consecuentemente con cero inversión, han logrado la transportación punto a punto a través de una red que integra a conductores y autos con la necesidad de transporte. A través de la comunicación entre el usuario y el operador, permiten ofrecer un servicio eficiente que incrementa la productividad de la inversión generando valor para todos los involucrados en este sistema, con alta satisfacción del cliente.

Desde el punto de vista empresarial podemos decir que estas son empresas virtuales propias del siglo XXI en donde el costo y tiempo de traslado se establece por el dueño del automóvil, y las utilidades las obtienen plataformas como Uber y Cabify. Si el incremento de demanda llegase a ser desproporcionado, se estabiliza en función del precio, de tal manera que si aumenta la demanda de un vehículo a una determinada hora, el precio es diferenciado (Price Dynamics).

En el caso de Blablacar, se aprovecha la baja utilización de la capacidad disponible en el habitáculo del automóvil. Es decir, para un automóvil de cuatro pasajeros el uso más frecuente es de 25% de su capacidad, por lo tanto la productividad versus la utilización de la capacidad del automóvil es baja. Blablacar conecta a personas que realizarán un viaje (normalmente largas distancias) y desean compartir los gastos de combustible y casetas con otras personas que realizarán el mismo trayecto. En este caso el costo baja en función de la ocupación. Por ejemplo, utilizar la plataforma en traslados de la Ciudad de México a Querétaro, Puebla, Guadalajara, donde el trayecto promedio es de 350 kilómetros, es 70% más económico que viajar solo en auto o 40% más económico que viajar en autobús. La productividad se genera por el alto uso de la capacidad y tiene como límite el 100%.

En las cadenas tradicionales productivas se dan tres flujos: flujo de materiales, flujo de información y flujo financiero, por lo que estas empresas manejan fundamentalmente el flujo de información que les permite integrar sistemas productivos creando valor al consumidor final. También incrementan la productividad de la inversión ya existente.

A las anteriores se suman Amazon, AirB&B y Alibabá, que nos llevan a pensar en nuevos modelos de negocio en función de nuevas plataformas de información en donde la innovación será la variable a considerar. En el caso de la industria automotriz esperamos una revolución no solamente en tecnología, conectividad y sustentabilidad, sino en todo lo relacionado con la movilidad de las personas, fundamentalmente en los centros urbanos, donde los millenials no tienen como prioridad comprar un automóvil, y prefieren derivar ese gasto en otras actividades que representan un mayor reto y posibilidad de vivir nuevas experiencias.

*El autor es profesor decano del área de Dirección de Operaciones de IPADE Business School

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