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Las expectativas de crecimiento económico para 2017 y para 2018 solamente se alcanzarán si se mantienen las políticas fiscal y monetaria, como el realizar realmente los recortes presupuestales, hacer un ejercicio más eficiente del gasto, reducir la deuda pública, aseguró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

El centro sugirió alcanzar para 2018 un superávit primario mayor a lo que propuso el gobierno federal en los PreCriterios para el próximo año, para enviar una señal a los mercados y a las calificadoras de que se reduce la deuda del gobierno, ya que el año pasado cambiaron sus perspectivas de estable a negativa.

Porque en lugar de 216 mil 909 millones de pesos, el superávit de 2018 debiera ser de 311 mil millones de pesos, equivalentes a 1.4% del PIB, en lugar de 1% que se espera alcanzar.

Para 2017 se prevé un superávit primario de 0.4%, lo que sería una cifra menor a lo que se estima tener para 2018. De cualquier manera sería una señal favorable para los mercados, dijeron los economistas del centro, que dirige Luis Foncerrada Pascal.

Las metas del presente año y del próximo de alcanzar superávit primario podrían “mejor la situación de la deuda e incidir positivamente en las evaluaciones de las calificadoras de riesgo, reduciendo la posibilidad de enfrentar una disminución en la calificación de la deuda soberana de nuestro país como consecuencia de los elevados niveles de endeudamiento”, de acuerdo con algunos analistas, expusieron los especialistas del CEESP.

De acuerdo con el Análisis Económico Ejecutivo que realiza el centro, a pesar de que en este año prevalecerá la incertidumbre externa y preocupación sobre las presiones inflacionarias y el bajo ritmo de crecimiento, para 2018 mejoran las expectativas.

En todo esto ayudarán los remanentes del Banco de México (Banxico) del ejercicio fiscal 2016 que alcanzaron 535 mil 311.2 millones de pesos, de los cuales 321 mil 653 millones se transferirán al gobierno federal y 70% de la cantidad anterior deberá de enviarse para amortizar la deuda pública, la cual representó al 31 de diciembre de 2016 50.5% del PIB.

Para los economistas del CEESP, “independientemente de que el sector público tenga más recursos no presupuestados, debe realizar mayores esfuerzos en la disminución y eficiencia de la asignación de los recursos. Reducir el gasto no implica que el sector público no tenga la capacidad de cumplir con sus obligaciones con los hogares del país, sino que lo hace más eficiente en su operación y por ende en la asignación de los recursos”.

Los especialistas añadieron que desafortunadamente cada año se anuncian recortes que no se cumplen y el gasto presupuestal es mayor a lo que prevén las autoridades.

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