cartera@eluniversal.com.mx

Gracias a la depreciación del tipo de cambio, durante 2016 el Banco de México (Banxico) reportó una utilidad de operación de 535 mil 311 millones de pesos, cantidad que le alcanzó para incrementar en una buena cantidad sus reservas de capital, para revaluar sus activos y hasta entregarle al gobierno federal un histórico remanente por 321 mil 653 millones.

Este monto resultó por arriba de lo estimado por la mayoría de los analistas, que esperaban utilidades por 400 mil millones de pesos, lo que iba a derivar en un jugoso remanente.

Al igual que las remesas familiares, los activos en manos del banco central como las reservas internacionales que están denominados en dólares, se vieron favorecidos con el mayor valor de la divisa estadounidense frente al peso mexicano.

En 2016, la depreciación de la moneda mexicana respecto al billete verde fue de casi 20%, la más alta desde 2008, debido a la incertidumbre por la desaceleración de la economía china, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, el alza de tasas en Estados Unidos y las elecciones presidenciales con el triunfo de Donald Trump.

Esto fue lo que generó que Banxico registrara en sus estados financieros, que fueron dictaminados por la firma E&Y, un resultado positivo de 535 mil 311 millones de pesos en el ejercicio 2016, y que estuviera en condiciones de compartir con el gobierno un remanente de 321 mil 653 millones.

La inyección que va a recibir la Federación supera el presupuesto de cualquiera de los ramos administrativos del gobierno, incluso de la Secretaría de Educación Pública que tiene el gasto más robusto, con 267 mil 655 millones de pesos en este año.

Es la segunda ocasión que Banxico entrega un remanente bajo la reforma a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH) para evitar que dichos recursos se destinen a gasto corriente.

En 2015, el banco central registró una utilidad neta de 378 mil 236 millones de pesos, de los cuales, al gobierno federal le tocó un sobrante de 239 mil 94 millones de pesos que se usaron por primera vez para reducir la deuda pública y mejorar la posición financiera del gobierno, que incluyó la capitalización de Pemex.

El gobierno informó que 70% de los recursos se van a la amortización de la deuda pública contratada en ejercicios anteriores o a la reducción del monto de financiamiento para cubrir el déficit presupuestario, o ambos.

El restante 30% es para robustecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o al incremento de activos que fortalezcan la posición financiera del gobierno.

El guardadito. La subsecretaria de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Vanessa Rubio, explicó que el remanente se derivó de la revaluación de los activos del Banxico.

En entrevista radiofónica con Joaquín López-Dóriga, aceptó que el remanente permitirá cumplir metas fiscales y fortalecer el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestales y tener una especie de “guardadito”.

Banorte Ixe estimó que con el remanente, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público —el concepto más amplio de la deuda pública— puede reducirse de 50.2% a 49.2% del PIB.

El titular de la SHCP, José Antonio Meade dijo en entrevista durante su gira de trabajo por Campeche que estos recursos extraordinarios se gastarán conforme lo indica la ley.

Reconoció que “es una buena noticia” porque permitirá que en 2017 las finanzas públicas “se vean notablemente fortalecidas” y México podrá cumplir “con creces” el programa de consolidación fiscal.

No mejora calificación. Analistas reconocieron que sin duda el remanente será un salvavidas para la Secretaría de Hacienda, pero dudaron que modifique las expectativas para el riesgo crediticio de México, pues creen que las principales calificadoras no cambiarán su opinión respecto a la nota soberana de México.

El subdirector de análisis de Vector, Luis Adrián Muñiz, dijo que si bien con el remanente se reducirá el déficit fiscal y la deuda pública este año y se quita presión al riesgo de que nos bajen la calificación, aún persiste la vulnerabilidad de las finanzas públicas.

Se están utilizando ingresos no recurrentes, advirtió. “La parte estructural de las finanzas públicas, básicamente el tema de ingresos públicos que están acotados y un gasto público difícil de recortar, la parte fundamental no va a cambiar”.

La directora de México Cómo Vamos, Valeria Moy, coincidió en que se debe actuar a fondo. “Es una buena señal que la deuda se contrae, pero para las calificadoras es más importante la señal de que el país está haciendo algo sustancialmente estructural para reducir la deuda y no con ayuda de un ingreso que es de una sola vez”.

La directora de análisis Económico- Financiero de Banco Base, Gabriela Siller, afirmó que no ayudará a evitar que nos reduzcan la nota, porque
el gobierno federal está incumpliendo con los recortes al gasto público.

“Sólo quita el miedo a que nos bajen la calificación”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses