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La relación que tendrán México y China en los próximos años dependerá de la política que defina el próximo presidente de Estados Unidos con el gigante asiático, coincidieron el coordinador del Centro de Estudios México-China de la UNAM, Enrique Dussel Peters y el fundador de Agendasia, Simon Levy.

Lo anterior, debido a la gran dependencia que hay entre las economías mexicana y estadounidense, consideraron.

El tema es importante para el país, ya que China se constituyó como el segundo proveedor del mercado mexicano, aún sin contar con un tratado de libre comercio, al sumar las importaciones de productos chinos 69 mil 987 millones de dólares en 2015, en tanto que México solamente exportó 4 mil 873 millones de dólares.

En conferencia, coincidieron en que el gran reto para el gobierno mexicano es tener una agenda con el país asiático en lugar de mantener una política en la que no se define cuál será la ruta a seguir.

Levy dijo que las instituciones chinas ven la elección presidencial estadounidense sin preferencias hacia alguno de los candidatos, aunque se analizan los discursos que buscan un regreso al proteccionismo y a crear empleos.

Pero la relación entre Estados Unidos y China va más allá de un tema comercial, no es que sólo se concentre en importaciones y exportaciones, pues es un asunto geopolítico que involucra muchos temas y países, en el que México depende de la decisión de los estadounidenses para marcar la línea a seguir con los chinos.

Aunque, agregó que se percibe que Norteamérica —Canadá, Estados Unidos y México— trabajarán más en bloque en la relación con China, sobre todo ahora que además de ser parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, son integrantes del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), convenio que dejó fuera al país asiático y que no solamente incluye temas comerciales.

Para Levy, el mercado chino tiene un gran interés por la economía mexicana, y tan es así que diversas instituciones y el banco de desarrollo de ese país ya llegaron a México para ofrecer crédito y servicios.

Sin embargo, recordó que hubo incidentes en la relación bilateral que deben tomarse en cuenta, como lo fue el tema de la construcción de la línea de ferrocarril México-Querétaro, una obra que se financiaría con capital chino y que finalmente se suspendió.

Dussel explicó que desafortunadamente no hay una visión clara de la relación que quiere México con China, y no abordar ese tema puede generar grandes costos al país, porque es un gran actor mundial al que no se le ha dado su importancia.

Sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos, comentó que no es lo mismo ser candidato que presidente.

En alusión al republicano Donald Trump, que critica a las empresas que invierten fuera de su país, porque generan empleos en el exterior, Dussel dijo que ya como presidente “no se puede pelear con empresas como Ford”.

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