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El Banco de México (Banxico) expresó preocupación por la situación de las cuentas externas y enfatizó su monitorio para decisiones futuras.

En su comunicado de política monetaria publicado ayer, en el cual se anunció un incremento de 50 puntos base en la tasa de interés de referencia, para situarla en 4.25% anual, el banco central aseguró que se mantendrá vigilante “del comportamiento del déficit de la cuenta corriente”.

“…Las condiciones externas se han deteriorado de manera importante, situación que puede afectar adversamente el comportamiento futuro de la inflación”, introdujo en su informe.

El banco central quiere decir que las cuentas externas cobraron más relevancia en su monitoreo, y es la primera vez que incluye en el último párrafo del comunicado la evolución del déficit de la cuenta corriente como factor para decisiones a futuro.

La cuenta corriente mide las compras de mercancías y servicios de México con el exterior, menos las ventas, en otras palabras, registra la demanda de dólares.

Gabriel Lozano, economista en jefe para México de J.P. Morgan, opinó que la mención que hace Banxico sobre las cuentas externas refleja su preocupación por el creciente déficit de la cuenta corriente y la posibilidad de que la entrada de capitales se modere, lo que se puede traducir en presiones significativas sobre la balanza pagos y, por lo tanto, sobre el tipo de cambio.

La balanza de pagos es la contabilidad nacional que se hace de entrada y salida de dólares, y sus dos principales cuentas son la corriente y financiera.

“El mensaje es claro, Banxico no va a tolerar la aparición de cualquier desequilibro macroeconómico en un contexto de renovada volatilidad financiera global, pese a que ello implique una actividad económica menor, debido a que la volatilidad puede poner en peligro la convergencia de la inflación al objetivo de 3% y sus expectativas”, expresó Gabriel Lozano.

En J.P. Morgan anticiparon el incremento de 50 puntos que realizó Banxico el jueves y prevén un aumento de 25 puntos en diciembre, en línea con la Reserva Federal de Estados Unidos, para terminar el año ofreciendo un rendimiento de 4.50% anual.

De acuerdo con Rafael Camarena, economista senior de Santander, la preocupación de Banxico es el déficit de cuenta corriente alto, pero sobretodo la disminución de los flujos para financiar ese saldo negativo.

“Lo que preocupa a Banxico es la disponibilidad del ahorro externo, sea mediante Inversión Extranjera Directa (IED) o de cartera, para compensar el déficit de cuenta corriente”, expuso.

Ante el entorno de volatilidad global, el riesgo es que muchos recursos que seguirían en mercados emergentes, se vayan a otros países, agregó.

La IED en México fue de 30 mil 285 millones de dólares en 2015, flujo que no alcanzó a compensar el déficit de la cuenta corriente, que fue de 31 mil 874 millones de dólares en ese año.

Significó la primera vez en 15 años que la inversión productiva no cubría el saldo negativo de la cuenta corriente, y además fue el déficit más amplio contra la IED desde 1998.

La historia es similar en lo que va de este año, pues la IED en México fue sólo 905 millones superior al déficit de cuenta corriente al primer trimestre, se trata del menor saldo a favor desde 2001 para un periodo similar.

En su último informe trimestral de inflación, Banxico revisó al alza sus previsiones del déficit de cuenta corriente para 2016 y 2017.

El pronóstico del déficit subió de 2.9% del PIB, a 3.1% para este año, lo que de cumplirse significará el más alto desde 1998.

La cuenta corriente es deficitaria desde 1988, luego de que ese año se diera una importante transferencia de recursos del sector público al privado, la disminución del tipo de cambio real, menores tasas arancelarias, entre otros factores.

EL UNIVERSAL publicó el 3 de junio que el riesgo de que las transacciones de México se financien con inversión de cartera, el llamado capital golondrino, se incrementó, lo que influye en los criterios para invertir en el país.

En su momento, Luis Adrián Muñiz, subdirector de análisis de Vector, expuso que lo idóneo es que la cuenta corriente se financie con IED, y no con inversión de cartera, debido a la volatilidad de esta última.

“No es lo mismo una inversión en activos tangibles, como la IED, que una inversión en activos financieros, como la de cartera, porque es fácil que un activo financiero se vaya del país”.

Dijo que para diferenciarse de otros países emergentes, México debe mejorar el balance de cuenta corriente, la situación fiscal e implementar las reformas estructurales adecuadamente.

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