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Un esquema de deducibilidad para empresas con ingresos de hasta 100 millones de pesos anuales tendría un impacto en el crecimiento del aparato productivo, dijo ayer el director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal.

Señaló que actualmente la deducibilidad aplica para empresas con ingresos de hasta 50 millones de pesos, y “si el Congreso pudiera incrementar esos montos, tendrían cabida compañías medianas que invierten mucho”.

Ampliar la banda de deducibilidad, con una aprobación legislativa en la Ley de Ingresos de 2016, “sería positivo y crearía más empleos”, afirmó.

En ese sentido, subir el rango de 50 a 75 millones de pesos, o incluso hasta 100 millones, “sería ideal”, ya que se atraería a empresas con programas de inversión mayores, subrayó Foncerrada.

El representante del CEESP participó en el Senado en el foro “Detonar la inversión para el crecimiento”, convocado por el legislador Mario Delgado (PRD), y en su exposición comentó que tanto la inversión pública como la privada han bajado; por ello, desde 1982 “hemos tenido un crecimiento mediocre.

“Tenemos 35 años sin la inversión que requerimos: la privada se va dando relativamente bien, y la pública prácticamente está desaparecida”, dijo, pues en diciembre pasado representó 4% del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel más bajo desde 1946, y en marzo de este año cayó a 3.7%.

Foncerrada ilustró el problema actual de desempleo, y dijo a legisladores que hay 12 millones de desocupados, de los que 97% dejó de buscar trabajo porque no encontró, y una de las causas por las que no se invierte en fuentes de trabajo es por falta de financiamiento.

Por su parte, el presidente de la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), Carlos Noriega, expuso que los fondos de ahorro para el retiro, después de los bancos, son los intermediarios con más recursos que se invierten en el país.

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