El flujo de remesas que enviarán los mexicanos que radican fuera del país registrará un incremento de 6% al cierre de este año, es decir, arriba de 25 mil millones de dólares, estimó el economista en jefe de BBVA Bancomer, Carlos Serrano.

En la presentación del Anuario de migración y remesas 2015, que elaboró el grupo financiero junto con el Consejo Nacional de Población, el directivo aseguró que las remesas se posicionarán como una de las principales fuentes de divisas, incluso sobre la Inversión Extranjera Directa.

Según datos del banco, México es uno de los países con mayor número de migrantes, con 12 millones, de los cuales 11.5 millones residen en Estados Unidos, de los cuales 6 millones se encuentran indocumentados.

Actualmente, los encargados de las políticas públicas en muchos países están convencidos de que la migración puede contribuir al desarrollo de las economías de destino, además de ayudar a reducir la pobreza y estimular el crecimiento de las naciones de origen gracias a las remesas, comentó la secretaria general del Conapo, Patricia Chemor Ruiz.

México se encuentra en el quinto lugar en el mundo de recepción de remesas y es el principal destino de América Latina, con una tercera parte del total de envíos registrados en la región, revelan datos del Anuario. En 2006 la dependencia de México de las remesas fue de 2.6% del Producto Interno Bruto (PIB), pero en 2013 representaron sólo 1.8%.

Pese a lo anterior, el flujo de remesas a México es muy importante para el consumo e inversión de los hogares en México. La mayoría de las familias receptoras de remesas que emprenden un micronegocio se concentran en el sector comercial, seguido del de servicios y la industria.

Hay medio millón de negocios que tienen origen en hogares receptores de remesas en México, siendo sus principales giros manufacturas de prendas de vestir, la venta de abarrotes y alimentos y los restaurantes o locales de venta de comida.

Los estados con mayor dependencia de las remesas son Michoacán, con 7.1% del PIB estatal en 2013; Guerrero, con 6.8%; Oaxaca, 5.6%; Zacatecas, 4.5%; Guanajuato, 4%; Nayarit, 3.9%; Morelos, 3.5%; Puebla, 3.4%; Tlaxcala, 3.2%, y Durango, con 3.1% de su PIB.

Por lo que se refiere a la situación de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, las actividades económicas donde más se emplearon entre 2012 y 2014 fueron la construcción (17.3%), la hostelería y esparcimiento (16.3%), manufacturas (14%) y servicios profesionales y administrativos (13%).

En una década, el número de mexicanos deportados de Estados Unidos se duplicó al pasar de 156 mil en 2003 a 315 mil personas en 2013. Esto indica un aumento en el número de movimientos obligatorios en Estados Unidos basados en una orden de expulsión. El porcentaje de mexicanos removidos se mantiene constante oscilando en alrededor de 70% del total.

Entre 2006 y 2013 se observa una importante disminución de la emigración de México, aunque sigue siendo mayor a la migración de retorno. La mayoría de los migrantes de retorno en México se caracterizan por vivir en una localidad rural y estar casados o en unión libre. Del total de los migrantes mexicanos retornados, 60.5% se insertaron en el mercado laboral como trabajadores subordinados y remunerados.

El tiempo promedio en que los migrantes de retorno encuentran su primer trabajo fue de tres meses o menos. Aproximadamente, una tercera parte de los retornados encuentran su primer trabajo en el sector informal, aunque del total cuatro de cada cinco tienen un trabajo informal (sin prestaciones o contrato formal). El 84% de los migrantes de retorno carecen de servicios de salud, principalmente el grupo de 60 años o más.

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