Al percibir una atmósfera más relajada del movimiento revolucionario, en 1925, la empresa Ford Motor Company decidió abrir una oficina en la calle de Bucareli. Dos años más tarde comenzó a negociar la apertura de lo que sería la armadora de automóviles más grande de México pero no la primera en instalarse en el país, ya que ese  título se lo adjudicó Buick, en 1921.

Tras unos años de encabezar el negocio familiar, Edsel Ford insistió en la necesidad de implementar un nuevo diseño pero su padre aún se mostraba reticente a la idea, por su anhelo de que los trabajadores promedio también tuvieran acceso a un asequible y resistente Modelo T.

El heredero comenzó a ganar terreno y prueba de ello fue la adquisición de Lincoln Motor Company, en 1922. Hecho que los  posicionó a la altura de competidores como Cadillac, Rolls-Royce y Bugatti.

Mientras Ford seguía escribiendo su historia, otro grupo de estadounidenses iniciaba la propia. Los prometedores ingenieros Owen Skelton, Carl Breer y Fred Zeder abandonaron a Studebaker para asociarse con Walter Chrysler.

Juntos definieron la línea de la marca, ofreciendo una ingeniería de primer nivel, aplicada solo en vehículos de lujo. Chrysler Six 1924 fue el fruto de esta unión. Su innovación se reflejó en la utilización de frenos hidráulicos en las cuatro ruedas y en un potente motor de alta compresión de seis cilindros en línea.

Además de estos modelos, México se mostraba fascinada con firmas como Oldsmobile, Stutz, Hupmobile, Overland, Brook y Oakland aunque  no eran las únicas en el mercado. A su vez se hablaba del que era catalogado como el auto pequeño más fino del mundo, el ESSEX;  y el Hudson Super Six  presumía de un motor patentado que aumentaba su fuerza en un 72%.

Ford seguía dando de qué hablar. 
En mayo de 1927, Ford cerró las puertas de todas las fábricas de Estados Unidos. A lo largo de seis meses, concibió un nuevo ejemplar que la historia registraría  con el nombre de Ford Modelo A. De acuerdo a los cronistas del mundo automotriz de  la época,  igual que su antecesor el Modelo T,  tuvo un rotundo éxito.

Antes de que la Gran Depresión sorprendiera a los rivales Daimler Motoren-Gesellschaft y Benz & Cia, estas empresas decidieron fusionarse en 1926 para dar paso a la marca alemana Mercedes-Benz.

La prosperidad de los años 20 se vio fragmentada por la Crisis del 29, ocasionando que los pequeños fabricantes se quedaran en el camino. Solo la gran y fortalecida industria llegaría a sobrevivir aunque muchos  desaparecerían después.

Datos:

*Durante la década de los 20, las grandes urbes como Nueva York, Madrid y México se poblaron con automóviles y tranvías, responsables del detestable tráfico.

*Con la proliferación  de los automóviles, se desarrollaron otras industrias: la petrolera y de llantas, como Goodyear y Goodrich.

*El progreso  de los motores de combustión interna terminó por desplazar a los de vapor en 1920.

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