El acceso a la información pública, además de ser un derecho, es un mecanismo que tiene beneficios en el proceso democrático, promueve la transparencia y la rendición de cuentas. Es posible conocer y dar seguimiento a las acciones de las autoridades, fortalecer la confianza entre las partes y fomentar los procesos inclusivos de participación en las decisiones públicas. Asimismo, también hay una tendencia a acelerar los niveles de transparencia en el ámbito privado para aumentar la rentabilidad de las empresas.

La transparencia también es un instrumento útil en la persecución de la igualdad de género. La razón principal es el potencial de otorgarle visibilidad a la desigualdad entre hombres y mujeres presente en nuestra sociedad. Por otro lado, es muy difícil cambiar lo que no se puede ver y lo que no se puede medir. Mediante el ejercicio de la transparencia, se hace más evidente la existencia de desigualdades y permite difundir información que contribuye a la colocación del tema en la agenda, a la discusión al respecto, a la concientización de la gravedad del asunto, a la implementación de buenas prácticas, y otorga las herramientas para alzar la voz ante las injusticias. La transparencia es un aspecto fundamental para el cumplimiento del Objetivo 16 de Desarrollo Sostenible referente a la paz, la justicia y las instituciones sólidas. Asimismo, le abre las puertas a sociedades más inclusivas, justas, democráticas y participativas.

Un ejemplo muy claro de cómo la transparencia es una herramienta efectiva en la promoción de la igualdad de género es su utilización en los esfuerzos para cerrar la brecha salarial. De acuerdo con datos del Conapred, en México las mujeres ganan, en promedio, 34.2% menos que los hombres por realizar el mismo trabajo. Esto es una realidad inaceptable. En Islandia, el Reino Unido y Alemania se aprobó una iniciativa legislativa que obliga a las empresas de cierto tamaño a hacer pública la información acerca de los salarios de todos sus trabajadores. Esta medida ha ayudado en la disminución de las discriminaciones retributivas y a corregir las irregularidades.

La transparencia es una forma de vigilancia, que aunque no necesariamente tenga un poder coercitivo, permite evidenciar los desequilibrios para incentivar una reparación. Asimismo, genera confianza y promueve un discurso positivo en el cual las empresas demuestran su compromiso con valores sociales cada vez más relevantes.

Fue muy sonado el caso de Carrie Gracie, corresponsal de la BBC, quien se negó a aceptar un puesto en China a menos que le igualaran el sueldo de sus contrapartes masculinas que ganaban 50% más. No fue así, pero el director general de la BBC, Toni Hall, se comprometió como resultado de esta situación a cerrar la brecha salarial de género para 2020. Esto ya representa un avance en materia de igualdad.

Por supuesto que no es suficiente publicar los datos acerca de las remuneraciones de los empleados para eliminar por completo la brecha salarial de género, pero definitivamente es un paso hacia adelante. Estas medidas de acceso a la información y transparencia deben ser complementadas con acciones concretas con visión a largo plazo, voluntad política y compromiso por parte de todos los integrantes de una organización. La transparencia debe ser una exigencia para toda instancia que quiera estar a la vanguardia y combatir irregularidades que entorpecen su funcionamiento poniendo en riesgo los valores de equidad, justicia, inclusión y respeto a los derechos humanos.

Empresaria, inversionista de impacto y defensora de los derechos de la mujer

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses