El presidente de Estados Unidos quiere construir un muro en la frontera con México. Ha declarado que el Tratado de Libre Comercio es el peor acuerdo comercial que tiene su país y ha provocado un proceso de negociación que puede terminar en un colapso total del acuerdo. Su estrategia frente a la migración es detener y deportar a más migrantes, muchos de ellos mexicanos.

¿La opinión publica en Estados Unidos? Es más favorable hacia México que nunca. Según múltiples encuestas, la opinión de los estadounidenses sobre México ha ido en aumento positivo desde hace varios años, y casi dos tercios de los estadounidenses expresan opiniones positivas sobre el país vecino.

Esta es una de las conclusiones de un seminario y conferencia pública que tuvo lugar en la Universidad Georgetown esta semana, con apoyo del Centro Woodrow Wilson, CIDE y la Embajada mexicana. Chris Wilson, Pablo Parás y Enrique Enríquez hicieron un análisis detallado de las encuestas de las últimas dos décadas, como parte del evento, y lo presentaron ahí.

Hay un resultado similar en encuestas que siguen la opinión publica sobre la migración en Estados Unidos, que muestran un público cada vez más favorable hacia los migrantes y el nivel de migración existente. La baja de la tasa de migración indocumentada, junto con un repunte de la economía estadounidense, parecen tener mucho que ver. Y en ambos casos, las generaciones más jóvenes son mucho más proclives hacia los mexicanos y los migrantes.

Son temas que se traslapan, por el contacto que tienen muchos estadounidense con México a través de los inmigrantes mexicanos y sus descendientes, pero cada tema tiene su propio ritmo. Lo que queda claro, sin embargo, es que justo cuando el gobierno de Estados Unidos propone medidas contra el país vecino, los ciudadanos tienen una opinión muy distinta.

Por otro lado, también hay que reconocer que hay una población en Estados Unidos, entre 25 y 30%, a quienes cada vez le gusta menos y menos México, para quienes México representa la suma de sus males, de cambio demográfico, de cambio económico, de la crisis de adicción a la heroína y del temor al terrorismo. Como hemos escrito antes, estas asociaciones con México pueden ser, en gran parte, irracionales, pero son reales en la opinión de este sector, que es justo una parte importante de la base política de Trump.

También hay que reconocer que dentro de la visión positiva de los estadounidenses sobre México, hay claroscuros importantes, como hacen notar Wilson, Parás y Enríquez. Si bien la mayoría tiene una opinión positiva, cuando se les pregunta qué términos asocian con México, salen palabras como “drogas”, “pobreza” y “corrupción” antes que otras como “comida”, “playa”, “vacaciones” y “bonito”. (Y las palabras “inmigración” y “frontera”, que pueden ser positivas o negativas, salen muy mencionadas también). Si bien es cierto que la opinión pública es mayormente positiva hacia México, también hay complejidades reales dentro de esta apreciación.

Por otro lado, justo en el momento en que los mexicanos están tratando de salvar el tratado de libre comercio y la relación de cooperación existente, los mexicanos ahora tienen una opinión mucho peor de los vecinos que antes. Después de años en que los mexicanos poco a poco fueron confiando mas en el país vecino, de un año al otro, la mayoría de mexicanos voltearon por completo su opinión sobre Estados Unidos, de mayormente positivo a mayormente negativo. Lo que se construyó a lo largo de dos décadas no resistió ni un año de Trump en la Casa Blanca.

No es seguro que la opinión pública —positiva hacia México en Estados Unidos, pero con una minoría muy negativa, y negativa en México hacia EU— seguirá como está. La realidad es que la percepción del otro sigue siendo muy frágil y muy sujeta a cambios, porque no nos conocemos como debemos. Hay mucha más interacción y conexión entre los dos países que lo que el público en general reconoce, sobre todo en EU.

Pero hasta ahora, lo que sugieren las encuestas, muy consistentemente, es que este año de crisis entre los países ha golpeado a la imagen de Estados Unidos en México, pero no al revés. Al contrario, el presidente Trump no ha logrado convencer a la mayoría de sus conciudadanos que México es la fuente de sus problemas. Sin duda, ha logrado convencer a una minoría importante y los ha incentivado a culpar a México de sus males, pero la mayoría de estadounidenses sigue viendo a México como un buen vecino y no como un problema, a pesar de la retórica política.


Presidente del Instituto de Políticas Migratorias

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