Después de la elección del 1 de julio han seguido días que anuncian abrazos, realineamientos y polémicas. Después del civilizado reconocimiento de la derrota por parte de Meade y Anaya, vino el mensaje de un ganador que convocó a la reconciliación. Llegó la fiesta y el júbilo popular de una victoria largamente esperada. ¿Qué significa que casi todos quieren estar con el nuevo presidente?

El mapa que dejaron las urnas generó una nueva geografía del voto concurrente, de donde sale un partido muy fuerte que dominará el escenario y un debilitamiento de los perdedores en diferentes grados. Fue de tal magnitud la victoria de Morena que obligará a una reestrucutración del sistema de partidos. Una mayoría de un partido en el Congreso no había desde antes de 1997, cuando se iniciaron los gobiernos divididos. A reserva de tener la asignación de los plurinominales, se prevé que Morena y su coalición se queden con 54% del Senado y el 60% de la Cámara de Diputados. AMLO tendrá que negociar cualquier reforma constitucional. Los cómputos distritales dejan la marca de la avalancha del 1 de julio: el ganador superó los 30 millones de votos con 53.1% y, en términos absolutos, prácticamente dobló los votos que obtuvo él mismo en 2006 y en 2012. Por su parte, Meade y el PRI quedaron por debajo de 2006, con sólo 16.4%, que representa un poco más de 9 millones de votos; es decir, un lejano tercer lugar. Es la derrota más desastrosa que ha tenido el tricolor en toda su larga historia. Para el panismo también fue una debacle: en esta ocasión Anaya obtuvo 22.2% que sumaron 12.6 millones de votos, con lo cual se quedó por debajo de su nivel de 2012. Dos partidos pierden el registro, el PES y Nueva Alianza. Ante la avalancha los partidos derrotados ya iniciaron el reparto de culpas y la liturgia de la derrota.

Sin perder un día, AMLO fue a Palacio Nacional para fijar los términos de una transición ordenada de gobierno. El martes 3 se entrevistó con Peña Nieto en un acto con buenas maneras entre dos actores que han sido adversarios desde 2012. Se anuncian cambios importantes, pero es necesario establecer un acuerdo mínimo para que el largo periodo que va de julio a noviembre no vaya a tener trampas indeseables. El actual gobierno tiene que mantener la maquinaria burocrática en operación, pero ya no puede tomar decisiones importantes porque hay otro gobierno en formación.

Una parte sorprendente del operativo de casi todos con el nuevo presidente lo protagonizaron los grupos empresariales con los que AMLO se entrevistó el miércoles 4. Sus antagonistas, los hombres y mujeres del dinero, ofrecen colaboración, aceptan participar en el programa de capacitación para 2.6 millones de jóvenes que el nuevo gobierno propone para atender a jóvenes que no estudian ni trabajan. A marchas forzadas, los que antes amenazaron con dejar de invertir, que intentaron inducir el voto de sus empleados en contra de AMLO, ahora graban un spot de apoyo pleno al próximo presidente del país, como si siempre hubieran estado con él. ¿De qué se trata? ¿Reacomodo, interés, hipocresía, inercia del poder, necesidad de conjurar el riesgo? Sin duda, la fuerza de los votos, una cultura presidencialista, sumada al sentido de oportunidad y una dosis de oportunismo, dibujan a los (antes) adversarios de AMLO que hoy no quieren quedar fuera del nuevo escenario del poder.

Pero, no todo es miel sobre hojuelas. Como en cualquier democracia, ya empezaron las exigencias. Se iniciaron las críticas al primer gobierno de izquierda en décadas, quizá desde Lázaro Cárdenas. El zapatismo ya dijo que AMLO decepcionará porque sólo cambió “el capataz”, pero todo seguirá igual. También se inició la demanda de un grupo de organizaciones sociales para tener una fiscalía autónoma, que AMLO no quiere.

¿Cuánto durará el momento de casi todos con el presidente? Las promesas de campaña anuncian escenarios de lucha que vendrán con el recorte de privilegios, las afectaciones por el combate a la corrupción y la pacificación del país. El futuro inmediato conserva las “aspiraciones” de un cambio, pero también “anticipa” que los cambios serán muy complicados...

Investigador del CIESAS. @AzizNassif

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